jueves, 16 de mayo de 2013

MÁS ALLÁ DEL PAÍS DE NUNCA JAMÁS...

Rivas-Vaciamadrid, 10 de mayo de 2.013


El pequeño Inda está nervioso.
Mañana emprenderá un emocionante viaje a un reino de fantasía pero ahora necesita descansar y no consigue dormirse.
Comparte una enorme cama de matrimonio con su hermano Nadir. Hace un rato también él se agitaba inquieto pero ahora ronca plácidamente.

No consigue conciliar el sueño.
Está cansado y bosteza repetidamente pero no hay manera. Prueba a contar ovejas llegando a reunir un centenar de simpáticos rumiantes sin ningún resultado. Cada vez está más nervioso. ¡Algo tiene que hacer!

Ha sido entonces cuando ha decidido probar a viajar en globo hasta más allá del País de Nunca Jamás. Tal vez así se duerma...
Las estrellas le envuelven mientras cruza el poblado indio, la isla de las sirenas y el bosque de los niños perdidos. Vuela durante horas.

Las estrellas se han quedado atrás y una enorme y radiante esfera dorada preside el cielo azúl cuando a sus pies descubre un serpenteante riachuelo. Desciende lentamente para aterrizar suavemente sobre un inmenso lecho verde salpicado por flores de colores. Junto al río, en la orilla, descubre a dos extrañas criaturas de orejas puntiagudas. ¡Está en el País de los Elfos! Se acerca a ellos y pronto se hacen amigos. Los tres juntos se sumergen en las cristalinas aguas del río nadando y jugando durante horas antes de tenderse sobre la hierba y dejar que los rayos del sol sequen sus cuerpos. Se despide de sus compañeros y continúa su viaje.

Comienza a oscurecer cuando llega al País de los Gnomos. Desciende buscando un lugar en el que pasar la noche pero escondidos bajo una enorme seta roja le observan dos diminutos seres de cara redonda, mofletes sonrosados y nariz respingona. Se acercan a él y saltan al interior de la cesta del globo. Le piden ayuda: ¡es una urgencia! Juntos ascienden hasta lo alto de la inmensa copa de un enorme árbol del bosque para curar el dolor de estómago de una simpática ardilla que, agradecida, les invita a cenar un sabroso pastel de nueces.
Después, con la tripa llena y cubierto por una hermosa manta de estrellas, Inda se ha quedado dormido.

¡Ring, ring, ring...!
Suena el despertador. Inda abre los ojos. Mira a su alrededor y descubre que está en la cama que comparte con su hermano. Se despereza y despierta a Nadir.
¿Fue fantasía o realidad? Qué más da; a la vuelta de la esquina les espera un sueño muy real...        

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