Santander, 9 de diciembre de 2.017
Hace unos meses, Daniel Glattauer -autor
de “Contra el viento del norte” y “Cada siete olas”-, publicó “Terapia amorosa”,
una comedia dinámica que sondea de manera muy superficial, aunque divertida y
realista, los conflictos que mantienen vivas las relaciones de pareja, jugando
con los estereotipos sin caer en los lugares comunes…
Nos encontramos en la consulta de un terapeuta
de pareja. Asistimos a lo que es, claramente, el comienzo de una sesión. Joana
-una mujer de unos cuarenta años-, y Valentín -un hombre un poco mayor que
ella-, acaban de llegar. Nada hace pensar que se conozcan, o que quieran saber
algo el uno del otro. Reina el silencio. La pareja tiene la mirada clavada en
el terapeuta que, al contrario que sus clientes, parece estar de muy buen humor…
Su
vida es más fácil cuando siguen caminos separados, pero el hecho de que hayan
acudido juntos a la consulta demuestra que aún existe un vínculo entre ellos. Si
durante la terapia quieren sacar lo que llevan dentro, salvar, conservar o
fortalecer algo, cambiar o mejorar alguna cosa, poner fin a algo, o comenzar
algo nuevo, es solo decisión suya.
Ansían
un poco de paz y dar algún paso en la dirección correcta, pero les cuesta. Ella
afirma que, desde que nacieron los niños, él no quiere saber nada, y él
sostiene que es ella la que no le deja acercarse. Lo único cierto es que él la
evita a ella y ella lo evita a él. Mientras tanto, ambos se distancian...
El
corazón de Joana, cerrado por la rabia, la ira y la pena, fue una vez conquistado
por su marido. Le fascinaba todo de ella. Estaban compenetrados…
Comparten mil
recuerdos bonitos, pero cada uno sigue su camino. Si
su relación no funciona, ¿por qué no se separan?
Las
cosas iban bien al principio -si no, no habrían tenido hijos-, pero después
llegaron las peleas. Llegaron los roces, pero a larga, sin fricción, no hay
calor, y es entonces cuando todo se enfría…
No hay comentarios:
Publicar un comentario