Maliaño, 27 de marzo de 2.016
La profesora le había mandado al pequeña Inda escribir un cuento durante sus vacaciones de Semana Santa con el que después podría participar en un concurso narrativo. Antes presentarlo el original se extravió pero la historia quedó escrita para siempre...
Hola, mi nombre es Inda, tengo nueve años y vivo en Maliaño, Cantabria. Os voy a contar una historia real que me sucedió hace unos dos años. Era verano de 2.014, se habían acabado las clases y yo estaba en el parque con mis amigos: Lucía, Diego y Martín. Estábamos con el 'frisbee' cuándo noté algo en el bolsillo, mire ¡y me encontré una llave!, ¡y tenía una inscripción que decía: "tres pruebas debéis de pasar para mi cerradura encontrar"!
Me puse muy nervioso e inmediatamente se lo conté a Lucía, Diego y Martín. Leímos las pruebas:
Hola, mi nombre es Inda, tengo nueve años y vivo en Maliaño, Cantabria. Os voy a contar una historia real que me sucedió hace unos dos años. Era verano de 2.014, se habían acabado las clases y yo estaba en el parque con mis amigos: Lucía, Diego y Martín. Estábamos con el 'frisbee' cuándo noté algo en el bolsillo, mire ¡y me encontré una llave!, ¡y tenía una inscripción que decía: "tres pruebas debéis de pasar para mi cerradura encontrar"!
1ª) un alto monte debéis escalar para así un castillo abandonado divisar.
2ª) un río caudaloso deberéis cruzar para al castillo poder llegar.
3ª) ya en el castillo medieval, la puerta mágica deberéis adivinar.
Lo prmero que dije fue: "esto no lo podemos hacer en pleno día o nos pillarán", y ese mismo día por la noche partimos con unas cantimploras, aperitivos y un mapa. Encontramos el monte y le escalamos con dificultad, por lo rocoso que era. Allí bebimos agua y comimos unos aperitivos pues estábamos cansados. Después continuamos, en el río llenamos las cantimploras y nos refrescamos. A continuación divisamos un tronco caído por culpa de un rayo y pasamos por él. Más tarde vimos a lo lejos el castillo.
Cuando entramos, oímos un tintineo y corrimos hacia él y ¡allí estaba la puerta!. ¡La abrimos! ¡Era la puerta de la imaginación! Entramos muy contentos y descubrimos que allí todo lo bueno que te imaginaras se hacía realidad. Los habitantes de este mundo son todos muy graciosos: payasos, conejos, etc...
Desde aquel día la llave es nuestro tesoro, y había que tener cuidado para que aquella llave no cayera en malos manos. Qué bueno es tener amigos y dejar volar la imaginación...
Bueno, esto ha sido todo por hoy. Nos vemos en nuestra próxima aventura.
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