Santander, 12-17 de julio de 2.011
A mediados del
siglo XIX, siguiendo las nuevas corrientes higienistas y terapéuticas, la alta
burguesía española comienza a utilizar las playas como elemento
recreativo. Se ponen de moda los “baños
de ola” que traen consigo un importante
cambio en las costumbres sociales y culturales de los veraneos de la época.
El Sardinero es un
lugar idóneo para la práctica de esta nueva actividad balnearia que
transformará el lugar en un enclave privilegiado de la ciudad dotándole de
nuevas edificaciones e infraestructuras y motivando la aparición de nuevas vías
de comunicación que unan las playas con el centro.
Santander, y más
concretamente El Sardinero, se convierten en centro neurálgico del turismo
burgués en el norte de España pero la concurrencia en nuestras playas se acrecienta aún más
cuando a principios del siglo XX y
durante diecisiete años consecutivos, el rey Alfonso XIII y su familia deciden
disfrutar del verano en Santander convirtiendo el Palacio Real de la Magdalena
en su residencia veraniega.
Es entonces cuando
El Sardinero se transforma definitivamente: se construyen residencias y
hoteles, el Gran Casino de Santander, el hipódromo de Bellavista, el Campo de
Polo o el Real Club de Tenis y Santander se equipara a otras importantes
ciudades balneario de Europa como Biarritz, Cannes o Niza.
Hace ya un puñado de años el Ayuntamiento de Santander quiso rememorar
esa época tan importante para nuestra ciudad celebrando los “Baños de Ola”, una
fiesta que se celebra en torno a La Primera playa de El Sardinero a principios
de julio y que marca el inicio del verano en nuestra ciudad.
Este año, del 12 al 17 de julio, se ha celebrado la XVII edición de estas fiestas que en esta ocasión se han articulado en torno a nuestro genuino juego de palas, con falla y exposición de carteles conmemorativo del mismo.
Durante seis días
se ha podido participar en diversos talleres en la terraza de La Primera, dónde,
de la mano de Escena Miriñaque hemos respirado el ambiente de la época y
donde, como todos los años, se han instalado casetas de postales, libros,
juguetes, dulces y barquillos.
En los jardines de
San Roque se ha instalado un mercadillo marinero y en el auditórium hemos
disfrutado al aire libre del recital de la Banda Municipal de Música y de la
Compañía Lírica de Santander “Del cuplé a la zarzuela” o de la actuación de
Sextetto Novecento “Música de cine para una noche de verano”.
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