domingo, 3 de noviembre de 2013

JUEGO DE TRONOS (IV): la muerte marcha sobre el muro

Mogro, 30 de marzo de 2.013

Tras la muerte de Robert Baratheon y la ejecución de Eddard Stark el joven Joffrey ocupa el Trono de Hierro, pero Robb Stark es proclamado Rey en el Norte y aprovechando el conflicto lord Balon Greyjoy (Patrick Malahide) pretende autoproclamarse Rey de las Islas del Hierro.
Los Lannister se han puesto la corona pero el incesto de Cersei y Jaime convierte a Joffrey en un bastardo y a Stannis Baratheon en el legítimo heredero. El hermano de Robert reclamará el trono que le corresponde aunque su persona no inspira amor ni lealtad...
Su hermano pequeño, Renly Baratheon, abandonó Desembarco del Rey poco antes de que Robert muriese. Sabe que Stannis es un buen soldado pero también que no será un buen rey. A él el pueblo sí le ama y los tronos no están hechos sólo para los odiados y los temidos. Él será un rey magnífico: la corona le pertenece y luchará por ella.


El Norte y las Islas del Hierro se independizan al mismo tiempo que tres posaderas se enfrentan por un incómodo trono que desde el otro lado del Mar Angosto la Madre de Dragones reclama para sí. La guerra está servida pero la Guerra de los Cinco Reyes no significa nada... La verdadera guerra está en el norte: la Muerte marcha sobre el Muro.


El Muro es tan grande que no se puede ver el final: la mayor estructura jamás construida. Tiene doscientos metros de altura y está construido con hielo. A veces se esconde entre las nubes y en los días cálidos se le puede ver llorar. Desde él los intrépidos hombres de la Guardia de la Noche han guardado los reinos durante ocho mil años, vigilando la invernal morada de los Caminantes Blancos.

John Nieve (Kit Harington) es el hijo bastardo de Nedd: no es un Stark pero lleva su sangre. Creció en Invernalia, junto a sus hermanos, aunque nunca tuvo el cariño de Catelyn que veía en él el reflejo de la traición de su marido con otra mujer. Antes de que el rey Robert muriese viajó al norte, renunciando a su antigua familia para vestir el negro y convertirse en un hermano de la Guardia de la Noche.


Él y sus compañeros llegaron al Muro sólos: sin amigos, sin honor..., pero nada de eso importa ya. Ahora serán todos hermanos: vivirán para el reino y para el pueblo que lo habita, sin servir a ningún rey, y muchos de ellos morirán al otro lado de la gélida pared para que los señoritos gordinflones del sur puedan gozar de sus tardes estivales con paz y tranquilidad.



Escuchad mis palabras, sed testigos de mi juramento.
La noche se avecina, ahora empieza mi guardia:
no terminará hasta el día de mi muerte.
No tomaré esposa,
no poseeré tierras,
no engendraré hijos,
no llevaré corona,
no alcanzaré la gloria.
Viviré y moriré en mi puesto:
soy la espada en la oscuridad,
soy el vigilante del muro,
soy el escudo que defiende los reinos de los hombres.
Entrego mi vida y mi honor a la Guardia de la Noche
durante esta noche y todas las que están por venir...

Jon será el mayordomo personal del lord comandante Mormont (James Cosmo): le servirá las comidas, le llevará agua caliente para el baño, mantendrá el fuego encendido en su cámara, le cambiará las sábanas y mantas a diario y hará todo lo que él le exija que haga... Estará con él día y noche: le lavará la ropa pero también recibirá sus cartas, asistirá a sus reuniones y será su escudero en batalla. Será parte de todo y le reclamó él personalmente: quiere prepararle para el mando.




Se acerca un largo invierno. Los salvajes huyen hacia el sur: ¿a que le temen?. La Guardia de la Noche es lo único que se interpone entre el Reino y lo que viene del más allá. pero cada vez son menos y peores sus recursos. 
El miedo es para el invierno, cuando la nieve alcanza cuarenta varas de espesor; el miedo es para la larga noche, cuando el sol se oculta durante años y los niños nacen, viven y mueren siempre en la oscuridad; el miedo es para cuando los Caminantes Blancos vagan por los bosques.
Hace miles de años hubo una noche que duró toda una generación. Durante aquella noche los Caminantes Blancos llegaron por primera vez devastando ciudades y reinos montados en sus caballos muertos y cazando con sus jaurías de pálidas arañas grandes como perros.
Hace mucho años que los Caminantes Blancos duermen bajo el hielo pero ahora han despertado: ¡las espadas deberían de ir al norte!


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