Santander, 14 de abril de 2.011
Las guerras actuales, televisadas en directo, no difieren demasiado de
las grandes tragedias griegas de hace 3.000 años: el
sufrimiento y los horrores vividos por las mujeres es el mismo ahora que
entonces.
El
“corazón de Antígona” agoniza sobre el escenario del Casyc. Lucha
por vivir y latir con fuerza, pero Dantea no es Ábrego...
Sólo
el respeto que siento por el trabajo de los demás me impide abandonar mi butaca
antes de tiempo y cuando al encenderse las luces, presto, abandono el teatro,
junto a mi lo hacen también Pati Domenech y María Vidal: curioso, ¿verdad…?
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