Santander, 8 de abril de 2.017
Enrique Bunbuy, Juan Valdivia, Joaquín Cardiel y Pedro Andreu eran Héroes del Silencio, un grupo de rock zaragozano formado a mediados de los años ochenta que alcanzó un tremendo éxito dentro y fuera de nuestras fronteras.
La banda se había disuelto en 1.996, pero en 2.007, conmemorando el vigésimo aniversario de sus primeras grabaciones, anunció su regreso puntual para presentar una gira de diez conciertos en España y América.
No lo dudamos ni un momento y aunque entonces aún no sabíamos que el azar querría que en octubre yo estviese trabajando en Zaragoza, compramos entradas para asistir al concierto incluido dentro de la programación de las fiestas de El Pilar, en el estadio de La Romareda.
Fue un directo memorable: sin duda el concierto en el que mejor lo he pasado en mi vida. Por desgracia aquel había sido un encuentro esporádico: todos sabíamos que su separación era definitiva...
Me gusta asistir a los homenajes que, de vez en cuando, algunos músicos rinden a aquellos artistas a los que admiran: conciertos emotivos, especiales y únicos.
Sin embargo, las bandas tributo que colonizan las salas de conciertos de nuestro país interpretando los grandes éxitos de músicos que se ganaron el reconocimiento y el respeto de sus fans con esfuerzo y tesón me generan desconfianza y rechazo. Considero que sus miembros son poco más que vulgares imitadores que se limitan a reproducir las creaciones de otros sin aportar nada nuevo ni personal: me cuesta considerarlos artistas...
Se cumplen diez años del mítico concierto de Héroes del Silencio en Zaragoza. Compartir sus canciones con mis amigos otra vez ha sido el único motivo por el que hoy me he arrastrado hasta las instalaciones del Escenario Santander para asistir al 'bolo' de Iberia Sumergida, una banda madrileña que lleva más de una década anclada en el silencio, explotando los éxitos de los maños.
¿Qué hay en dos amigos cuando, después de todo,
parecen perdidos y prefieren a otros?
¿Qué nos hizo alejarnos de nuestra orilla intranquila?
Tengo momentos en que solo recuerdo una conversación:
quizás solo fueran palabras desnudas, pero de corazón.
Hace tiempo que ya no te veo:
quizás no te llamo porque no me atrevo.
Hace tiempo que ya no te veo:
¿habremos cambiado...?
Me enfrento a dos horas largas de emociones encontradas. Gracias a ellos recupero un puñado de canciones olvidadas. Se merecen mi respeto, pero me cuesta reconocer su valor. Es cierto que son unos imitadores muy buenos. Suenan muy bien, pero solo faltaba...
El héroe de leyenda pertenece al sueño de un destino:
en sus ojos apagados hay un eterno castigo.
La suya es siempre la misma función:
el mismo espectador, el mismo teatro...
El suyo es un juego muy real:
¡¡¡quizás sea un error!!!
Caminan entre dos tierras y tienen mucho barro que tragar.
¿Qué más da? Cualquier oferta es buena, si quieres poder....
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