sábado, 2 de septiembre de 2017

MARÍA PAGÉS - 'FLAMENCO Y POESÍA': proporciones, medidas, geometría y mucho arte"

Santander, 30 de agosto de 2.017


Los responsables de la programación cultural de la U.I.M.P., fieles a su cita veraniega con el flamenco, han convocado hoy a la genial María Pagés. “Flamenco y poesía” ha sido el espectáculo con el que esta noche su compañía ha clausurado el ciclo ‘Escénicas en el Casyc’.


Todo empezó el día que decidí bailar un poema de José Saramago… “Ergo uma rosa -me leyó Saramago- e tudo se ilumina…” La palabra es el medio más inmediato de comunicación entre los seres humanos, y lo que un poeta puede transmitir jugando con ellas es a veces milagroso. Quería bailar las palabras, sólo las palabras, con su ritmo y su cadencia, con la melodía de su sonido. Intentaba traducir e igualar en expresión lo que cada una de ellas me sugería e inspiraba. ¡Cuánta riqueza en las letras por soleá y por martinetes...! ¡Cuánto aún por descubrir en las divinas palabras que encierra el cante! Bailar a los poetas que bebieron de la poesía popular para su inspiración, pero también bailar la poesía anónima de aquellos que arañaron en sus sentimientos más íntimos para inspirarse. Al fin y al cabo, la voz popular del cante o la voz del poeta expresan y transmiten las emociones humanas en su más amplio e igual sentido. No importa de qué origen y a qué cultura pertenezcan, el baile será el intérprete que traduce y expresa las palabras, sean de la lengua que sean.
María Pagés

Cuando se le pregunta, María afirma: "Una palabra no son solo letras puestas unas detrás de otras, conformando un significado; detrás de ellas hay emoción, y creo que los poetas son los que mejor saben conjugar esos sentimientos. En eso se parecen a la música: las notas sueltas no dicen nada, pero si las coge un buen compositor y las une...". Para ella, "bailar palabras es como bailar música, porque la danza es música y la música es poesía...".


Ríete niño,
que te traigo la luna cuando es preciso...
Alondra de mi casa, ríete mucho,
que es la risa en tus ojos la luz del mundo.
Ríete tanto que, mi alma, al oírte, bata el espacio.
Tu risa me hace libre: me pone alas...
Soledades me quita, cárcel me arranca.
Boca que vuela, corazón que en tus ojos relampaguea.
Es tu risa la espada más victoriosa:
vencedor de las flores y las alondras.
Rival del sol, porvenir de mis huesos y de mi amor.
Desperté de ser niño: ¡nunca despiertes!
Triste llevo la boca: ¡ríete siempre!
Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma...

("Nanas de la cebolla",
Miguel Hernández)


Juan de Mairena al cante, Ruben Lebaniegos a la guitarra y David Muñoz al violín, visten con maestría unos versos que ella y su cuerpo de baile enriquecen con hermosas coreografías: un dechado de proporciones, medidas y geometría...



"Ahí llega María Pagés: hinca los tacones en la tradición, alza los brazos, convoca en escena a la libertad, al mestizaje y al humor, y una luz deslumbrante saca de las tinieblas el caudal fresco e inagotable del río flamenco"
(Rafael Azcona)

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