Santander, 13 de diciembre de 2.019
Dos años y medio sin ir al teatro es mucho
tiempo, puede que demasiado, aunque lo primero es lo primero. Mi última vez fue
con Juan Mayorga, en la Sala Pereda del Palacio de Festivales. Hoy, repito con
él, y regreso al mismo escenario para ver “El mago”, su última producción…
Muchas de sus obras nacen a partir de experiencias
vividas en primera persona. El propio Mayorga lo confiesa y reconoce que “El chico
de la última fila”, por ejemplo, surgió a partir de su experiencia como
profesor de secundaria, o que “El cartógrafo” lo hizo a partir de un extravío
suyo en Varsovia.
Hace un par de años asistí a un
espectáculo que se anunciaba como ‘Congreso Mundial de Magia’. El título acaso
fuese excesivo, pero lo cierto es que en él participaban ilusionistas de
destrezas, nombres y vestimentas muy interesantes. Al llegar el número de hipnosis,
pidieron voluntarios y yo fui uno de los que levantó la mano, por lo que se me
invitó, junto a los otros, a subir al escenario. En él nos sometieron, ante el
resto del público, a una serie de pruebas a fin de seleccionar a aquellos aptos
para ser hipnotizados. Me parecieron muy fáciles y pensé que las estaba haciendo
estupendamente, pero el caso es que fui separado junto a los no aptos y
devuelto a mi asiento. Desde allí, no sé si resignado o
resentido, observando lo que sucedía a los voluntarios aptos, empecé a
imaginar una obra que escribí en seguida y que he querido llevar a escena
cuanto antes…
Juan Mayorga
Los ojos ven y los oídos oyen lo que la
mente cree. Vivimos tiempos convulsos. Somos presa de nuestro propio victimismo:
cerramos los ojos y permitimos que magos e hipnotistas nos hagan creer que
estamos enfermos y solo ellos pueden sanarnos, que estamos en peligro y solo ellos
pueden salvarnos, aunque eludan decirnos cómo van a hacerlo. Tal vez, si abriéramos
los ojos…
Nadia (Clara Sanchís) regresa a casa
después de asistir a un espectáculo de hipnosis…
Estás ante la puerta de tu casa. ¿Quieres
abrir los ojos y la puerta? Puedes hacerlo, pero, si lo haces, recuerda que lo
que te ocurra será más o menos real, porque no estás allí realmente, sino aquí,
conmigo: en el teatro…
Los efectos de la sesión en la que ha
participado parecen no haber desaparecido todavía: ¿quién es la mujer que Víctor
(José Luis García-Pérez) -su esposo-, y Dulce (Julia Piera) -su hija-, tienen
delante? Parece otra…
No solo dice que sigue hipnotizada, sino
que afirma rotundamente que continúa estando en el escenario del teatro y
recibiendo órdenes del mago. “Dormimos sin saber qué mundo habrá mañana…”, repite
una y otra vez. A nosotros, los espectadores, nos toca decidir qué es lo que
está pasando: ¿está realmente hipnotizada o todo es solo un juego de palabras?
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