miércoles, 19 de diciembre de 2012

FITO Y FITIPALDIS - 'GIRA DE TEATROS 2.012': parece que lloro pero es de felicidad

Bilbao, 7 de diciembre de 2.012


Hace días que a Dani le gusta acercarse al calendario de su habitación y asomarse al mes de diciembre para ver como, poco a poco, van cayendo los días que faltan para alcanzar la fecha señalada.
Me lo cuenta por las mañanas, al oído, de manera que su hermano no se entere y así no ponerle los dientes largos porque esta vez, cuando vayamos al Palacio Euskalduna de Bilbao a ver el concierto de Fito, a él le tocará quedarse en casa.




Hoy, por fin,  ha llegado ese día.
Él y sus padres vienen a buscarme a la oficina.
Dani está nervioso: no puede parar quieto, todo son saltos y abrazos. ¡Por fin verá un concierto de su ídolo!



Llegamos a Bilbao.
Queremos comer y beber algo pero él no tiene ni hambre ni sed. No quiere chucherías, sólo que vayamos al teatro.
La hora se acerca. Entramos al Palacio y ocupamos nuestras butacas.
El concierto está a punto de empezar. Es un momento mágíco que Maite y Gus han compartido conmigo: ¡GRACIAS!



Se apagan las luces. Fito y sus Fitipaldis ocupan su lugar en el escenario.
Dani está flipando y le manda callar a Gus; es lo propio en un teatro pero no hoy.
Está serio pero nos explica que es lo que le pasa: "parece que lloro pero es de felicidad".
Poco a poco se va relajando. Se abraza a su padre y comienza a cantar las canciones de Fito imitando los gestos de Carlos Raya y Daniel Griffin.



El concierto es impresionante.
El espectáculo ha crecido en la carretera y Fito y sus Fitipaldis han sabido convertir todo su repertorio en un 'transformer' descomunal.



La noche avanza y a Dani se le hace un poco larga pero, cerca del final, suena su canción favorita.
El techo del Palacio Euskalduna se llena de estrellas para cantarle a nuestro 'soldadito marinero'.
Después llega el momento de reinventarse.
El gran Carlos Raya se mezcla con el público y toca la guitarra muy cerquita nuestro. Dani se espabila y disfruta como lo que es.

El concierto se acaba.
Mis ojos están húmedos pero no pasa nada; no estoy triste, lo mío también es felicidad.

Montamos en el coche y volvemos a casa.
Dani duerme; puede que sueñe...

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