jueves, 4 de mayo de 2017

REVÓLVER - 'CAPITOL': diez años después de otros diez, aún nos quedan muchos más...

Santander, 28 de abril de 2.017


Carlos Goñi ha vuelto a la ciudad...
Aunque todas las Romas llevan al mismo camino, es la carretera la que le dice donde girar. La vida sigue su rumbo y hoy le ha arrastrado hasta el Escenario Santander para presentar el último capítulo del libro escrito por Revólver: "Capitol", un disco compuesto casi en su totalidad entre las cuatro paredes de una habitación del hotel homónimo situado en la Gran Vía madrileña.


Al margen de sus problemas con las uñas, Carlos ha demostrado estar en plena forma y seguir siendo un rockero comprometido que ha aprendido cómo de alto decir las cosas sin resultar cansino, evitando así que la gente termine tapándose los oídos.


Carlos Sánchez (batería), Josué Santos (piano, teclado y saxo) y Manuel Bagües (bajo) escoltan al madrileño sobre el escenario. Le gustan los directos y hoy lo ha demostrado: creo que nunca le había visto tocar la guitarra como lo ha hecho hoy... ¡¡¡Espectacular!!!


Él y sus chicos nos han brindado dos horas de rock de mucha calidad: un concierto eléctrico aderezado con un breve paréntesis acústico que ha satisfecho las expectativas de un público entregado que no ha parado de corear un buen puñado de canciones que han sobrevivido al inexorable paso del tiempo para convertirse en clásicos.


Lo nuestro no es tan solo amor...
La suerte me golpeó con sus chupa-chups.
Media vida pasé tras sus besos y su botella:
nunca quise escaparme de mí, ni olvidarme de ella.
¡Siempre supe a dónde ir!
Pasaba las horas apoyado en la farola que daba luz a su puerta solo por verle pasar,
y aguantaba las tormentas por darle una rosa que nunca le di.
Y es que dicen que corres es cosa de cobardes,
pero por amor: ¿quién no lo es?

Una noche de buen vino,
diez años después de otros diez,
con el mundo ajeno a lo nuestro,
nos prometimos el mar...
Le gané mi apuesta al corazón y ahora sigo a lo mío:
sin casarme con nadie pero casado con ella.
Me meto en su cama y sueño despierto...
Cierro los ojos y siento que no hay droga más dura que el amor sin medida, el roce de su piel o su sabor corriendo por mis venas.
Cierro los ojos y sé que la mejor agua aún está por llover:
diez años después de otros diez aún me queda toda una vida para estar con ella y lo mejor aún está por llegar...

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