lunes, 21 de julio de 2014

VESPA GROOVE: mucho tenía que llover para que hoy me amilanase

Santander, 20 de julio de 2.014


Durante las fiestas de Santiago la calle Peñaherbosa se cierra al tráfico para que los miembros de la peña La Pirula puedan celebrar su Semana Grande con nosotros.
Hoy han convocado sobre el pequeño escenario erigido en mitad de la calle a los chicos de Vespa Groove


Rafa Santana (teclado), Toño Gutiérrez (bajo), Chisco Villanueva (saxo) y Rodri Irizábal (batería) son el germen de una formación que hace seis años comenzó a reunirse para hacer jazz fusión. Después se atrevieron con otras cosas...
Incorporaron una sección de metales que aportó brillantez a sus temas y la aparición de Maki Soto permitió a sus hombres de hojalata encontrar el corazón que buscaban.

Les conocí hace un par de años y tenía ganas de volver a escucharles: mucho tenía que llover hoy para que nos amilanásemos.
Las cuatro gotas que cayeron al comienzo del concierto no nos asustaron y hasta las nubes tuvieron que rendir pleitesía a su buen rollo antes de retirarse para que todos juntos disfrutásemos de su jazz, su soul y su funky.


Durante casi dos horas me he dejado impresionar por los alardes de Toño Gutiérrez, he permitido que el saber hacer de Rafa Santana me cautivase y, después de demasiado tiempo, he vuelto a disfrutar de las impresionantes exhibiciones de Rodri Irizábal, mientras me sumergía en la vorágine desatada por una sección de metales a la que los omnipresentes EREs no han restado un ápice de fuerza (Chisco Villanueva, Eduardo Diz y Benjamín Blanes) y dejaba que la exuberante voz de Maki me sedujese con su carisma y su personalidad.

En agosto regresará a Santander el octavo pasajero: la guitarra de Javi Escudero abandonará temporalmente su exilio voluntario y, aunque hoy no le eché de menos, espero tener ocasión entonces de volver a verles a todos juntos sobre un escenario.
Ojalá...

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