lunes, 29 de septiembre de 2014

MAREA DE VERSOS: nunca jamás volveré a verte con estos ojos que hoy te miro...

Santander, 9 de septiembre de 2.014


Navega, velero mío, sin temor,
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
("Canción del Pirata",
José de Espronceda)

Nuestra ciudad y su bahía se han vestido de gala.
Aún no ha comenzado el Mundial de Vela, que se inaugurará el próximo día 11, y Santander ya se ha colgado la primera medalla...


Cristal feliz de mi niñez huraña,
mi clásica y romántica bahía,
consuelo de hermosura y geografía,
bella entre bellas del harem de España.

La luna sus mil lunas en ti baña
-tu pleamar, qué amor de cada día-,
y te rinden reflejo y pleitesía
montañas, cielo y luz de la Montaña.

Mi alma todas tus horas, una a una,
sabe y distingue y nombra y encadena.
De mi vivir errante fuiste cuna

nodriza, y de mis sueños madre plena.
La muerte, madre mía, a ti me una:
agua en tu agua, arena en tu arena...
("Bahía natal",
Gerardo Diego)

Incluido en el calendario de eventos programados por el ayuntamiento de manera paralela a la celebración del mundial, se ha estrenado hoy en el reducido escenario del Casyc-Up el recital "Marea de Versos", una producción de Arte en Escena que funde música y poesía para acercarnos a un mar que nos acompaña siempre...


Javier Canduela (guitarra) y Marta López Mazorra (rapsoda) han seleccionado composiciones de autores como F. Tárrega, Isaac Albéniz o J. S. Bach y versos de Rubén Darío, José de Espronceda, Gerardo Diego, Jesús Cancio o José Hierro, entre otros, para construir un elegante y delicado homenaje a ese mar que nos espera siempre con los brazos abiertos para envolvernos, arrullarnos y consolarnos...


Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Y he vuelto...
Quiebro con mis piernas
tu serena cristalería:
es como ahondar en los principios,
como embriagarse con la vida,
como sentir crecer muy hondo
un árbol de hojas amarillas
y enloquecer con el sabor
de sus frutas más encendidas,
como sentirse con las manos en flor,
palpando la alegría,
como escuchar el grave acorde
de la resaca y de la brisa.
Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Era en otoño, y en otoño
llego, otra vez, a tus orillas...
("Llegada al mar",
José Hierro)

La espuma de nuestro Mar Cantábrico ha cubierto el escenario desde el que Marta, elegantemente vestida, salpicada de azul, le ha susurrado palabras de amor a todos los mares del mundo: a los serenos y a los bravíos, a los de aguas frías y a los de aguas cálidas, a los de arenas rubias y a los de arenas morenas...


La mar ciñe a la noche en su regazo
y la noche a la mar. La luna: ausente...
Se besan en los ojos y en la frente;
los besos dejan misterioso trazo.

Derrítense después en un abrazo,
tiritan las estrellas con ardiente
pasión de mero amor, y el alma siente
que noche y mar se enredan en su lazo...
("La mar ciñe",
Miguel de Unamuno)

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