miércoles, 1 de octubre de 2014

MARÍA PAGÉS - 'AUTORRETRATO': ni el aire ni la tierra son iguales después de que ella haya bailado

Santander, 22 de agosto de 2.014


Probablemente hayan sido la intransigencia de unos y la ineptitud de otros lo que ha motivado la ralentización de la construcción del Centro Botín. Lo cierto es que ya se ha confirmado que la inauguración de las instalaciones proyectadas por el arquitecto italiano Renzo Piano habrá de posponerse hasta el año que viene.

Pese a todo, desde el pasado 22 de julio los santanderinos podemos disfrutar de los nuevos Jardines de Pereda, sometidos a una remodelación que ha respetado su esencia al mismo tiempo que les ha hecho más accesibles y manoseables, aunque no podremos apreciar su máximo esplendor mientras no se retire el cerramiento de obra que impide el acceso al edificio en construcción.


Frente al pequeño auditorio inaugurado junto a la Estación Marítima se ha levantando un discreto escenario en el que la Fundación Botín ha programado todo tipo de actividades culturales siendo uno de sus platos fuertes la intervención de la compañía de María Pagés previsto para hoy.

El público ha abarrotado las gradas y sus aledaños.
No creo que un espacio al aire libre y con acceso libre sea el mejor escenario para presentar un espectáculo de este tipo pero al menos sirve para acercar la danza a un público que de otro modo no lo hubiese disfrutado.

El vestuario, la música y las coreografías presentadas por el cuerpo de baile hacen que "Autorretrato" sea una producción muy hermosa pero es la clase de María Pagés la que la convierte en una producción de primer nivel.


¿María Pagés baila? Plantada, como cualquier otro ser humano, sobre la tierra que pisamos, difiere de nosotros en que el suelo donde sus pies van dibujando preguntas y respuestas no es sólo la base indispensable para que el movimiento no se rompa a cada avance o retroceso.
Con María Pagés, el suelo adquiere un misterioso poder de levitación, como si a la tierra le fuera posible desprenderse de la tierra y diluirse en los aires siguiendo los caminos que sus brazos señalan. Que en María Pagés habita el genio del baile, todos lo sabemos y proclamamos. Pero hay algo más en esta mujer: ella baila y, bailando, mueve todo lo que la rodea.
Ni el aire ni la tierra son iguales después de que María Pagés haya bailado.
José Saramago


Entre el público, cerca de mí, alguien que parece entender de flamenco comenta que le falta fuerza en los pies. Puede que sea cierto pero es que no le hace falta: la bailaora sevillana mitiga el carácter racial del flamenco impregnando sus movimientos de una técnica, una delicadeza y una elegancia que hacen de su baile una deliciosa obra de arte envuelta en el esplendoroso aleteo de sus brazos.

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