sábado, 13 de mayo de 2017

SENDA COSTERA DE PRELLEZO, LLANOS DEL MONTE JERRA y PLAYA DE BELLERÍN: ¡¡¡¿quién da más?!!!

Prellezo, 7 de mayo de 2.017


Brilla el sol sobre el cielo azul. Las madres celebran su día pero no se puede dejar escarpar una jornada así. Cojo el coche y me desplazo hasta Prellezo, muy cerquita de San Vicente de la Barquera, para recorrer una senda costera que hace tiempo que tenía ganas de conocer...

El paseo comienza junto a la rotonda situada a la entrada del núcleo urbano. Atravieso el centro del pueblo, paso junto a la bolera y gano algo de altura para ver como, por encima de los tejados, se recorta la costa occidental de Cantabria...



Busco la pista forestal que se sumerge en el bosque de eucaliptos del monte Jerra y me cuelo por ella. El camino se bifurca enseguida: giro a la derecha y me lanzo de cabeza al mar. Entre los árboles, al fondo, intuyo la presencia de la playa de Berellín...



El camino discurre a media ladera. Los pinos sustituyen a los eucaliptos que me dieron sombra al principio del paseo: crecen en la cara norte del monte y observan en silencio el delicado vaivén del mar.
El único paisano con el que me cruzo durante el paseo comenta que le parece ver al fondo de todo a un percebeiro pescando en La Coruña... Puede que exagere, pero las vistas son espectaculares.




La senda litoral no tiene solución de continuidad. Termina de manera repentina: el camino gira a la izquierda, se desliza entre los árboles y gana altura rapidamente...


La subida es corta pero exigente...
Alcanzo el punto más alto de la sierra del Jerra y observo como, a los pies de Pesués, la ría de Tina Menor acude presta a su cita con el mar custodiada por la imponente silueta de los nevados Picos de Europa.



Recorro los llanos del Jerra  por su vertiente más septentrional y al llegar al extremo oriental el camino se sumerge en el bosque de eucaliptos para descender al punto de partida.


Yo, sin embargo, prefiero recorrer la vertiente norte de los llanos y después regresar por donde he venido...





Vuelvo a la senda costera y en menos de dos horas completo mi paseo. Respiro el aroma de la sal y me empapo de mar...


Estoy en el coche pero venir a Prellezo y regresar a Santander sin visitar uno de los rincones más bonitos de nuestra geografía es algo que no me puedo permitir así que, sin dudarlo, me acerco a escudriar los rincones de la Playa de Berellín.



Encajada entre rocas que le confieren un encanto especial, esta es una playa de reducidas dimensiones y fácil acceso, conocida también como Playa de Barnejo.

Aparco y no lo dudo: me descalzo, desmonto mis pantalones y sumerjo mis pies en el mar...




El agua no está fría pero, si quiero compartir con mi madre su día especial, por mucho que me pese y aunque me quede con ganas de más, voy a tener que me marcharme...

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