martes, 11 de septiembre de 2012

SONRISAS Y LÁGRIMAS: muchas sonrisas y ninguna lágrima

Bilbao, 2 de septiembre de 2.012

La jornada de hoy estaba planificada desde hace unos días y todo había encajado perfectamente, aunque eramos plenamente conscientes de que nuestros proyectos se podían ir al traste en cualquier momento: comida familiar en Santurce con mi tía y mis primas, sobremesa poniéndonos al día de las experiencias vividas durante el largo verano, paseíto por el puerto, columpios y después a disfrutar del musical "Sonrisas y lágrimas" en el Palacio Euskalduna.

Las cinco entradas ya estaban guardadas en mi cartera cuando ayer a mediodía una llamada de teléfono hacía que todos los planes se fuesen al garete.
La pequeña Irene se había adelantado unos días y ya había nacido; aún no sabíamos ni cuanto pesaba pero sí que todo había ido bien y que madre e hija estaban perfectamente.
Suficiente. Eso era lo importante; no hacía falta saber más.

La féliz noticia trastocó nuestra agenda.
Ansiosos por conocer a nuestra primita y achuchar a su mamá hoy nos tocaba repartirnos para visitar el Hospital de Cruces.
Primero he ejercido de tío y después de pasarlo de maravilla jugando con mis sobrinos y sus marionetas, cuando sus papás han vuelto de Santurce, hemos sido mi madre y yo quienes hemos ido para allá: comida apresurada, poca sobremesa y por supuesto nada de paseo ni columpios, pero a media tarde estaba dándole un besazo a mi prima y se me caía la baba con un bebé precioso y chiquitín en mis brazos: ¡guapa!
Después, con una enorme sonrisa instalada en nuestros rostros, retomamos nuestros planes y nos encaminamos al Palacio Euskalduna...

En 1.938, tras la ocupación nazi, la familia austriaca von Trapp se vio obligada a abandonar su país recalando en Estados Unidos.
En 1949 María von Trapp publicó un libro en el que narraba los avatares vividos por la familia, "The story of the Trapp Family singers", que sería la base para la creación del exitoso musical estrenado en Broadway en 1.959, "The sound of music".
Unos años después, Julie Andrews y Christopher Plummer protagonizaron  "Sonrisas y Lágrimas", popular adaptación cinematográfica del musical ganadora del Óscar a la mejor película y cuatro estatuillas más en 1.965.

Después de más de cincuenta años el musical ha llegado a España y Jaime Azpilicueta dirige una producción que está recorriendo gran parte de nuestra geografía antes de instalarse en el Teatro Arteria Coliseum de la Gran Vía madrileña.



Silvia Luchetti es María, la alegre y vitalista novicia que llega a la mansión del estricto capitán von Trapp (Carlos Hipólito) para ayudarle en el cuidado y la educación de sus siete hijos tras la muerte de su esposa.
La irrupción de la joven, su guitarra y sus canciones revolucionará la encorsetada vida de los niños y trastocará los sentimientos del capitán.

Me gusta la actuación de Noemí Mazoy, la madre abadesa que ayuda a la joven María a encontrar su camino, y la fantástica interpretación de Carlos Hipólito que sorprende en su nueva faceta artística, sobre todo en la segunda parte del espectáculo, demostrando que también es capaz de emocionarnos cantando.
Pero por encima de todo sobresale la espectacular escenografía que nos permite colarnos en la inmensa mansión del capitán von Trapp y respirar el aire limpio y fresco de las montañas austriacas.




"Sonrisas y lágrimas" es una cuidada y ambiciosa producción que  cuenta una historia demasiado conocida por todos y que se desarrolla sin aburrirnos, sorprendernos ni emocionarnos,   arrancándonos alguna tierna e inocente sonrisa y ninguna lágrima.


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