miércoles, 5 de junio de 2013

BISÓNTERE: los títeres salen de sus cuevas

Santillana del Mar, 25 de mayo de 2.013


Esta primavera está resultando especialmente fría y húmeda. Las nubes no se han cansado de acompañarnos pero sabían que hoy tenían que concedernos una tregua y así, mientras en Santander llovía, en Santillana del Mar han dejado un resquicio por el que han permitido que el sol se sumase a una cita a la que no podíamos faltar, la VI edición del Festival Internacional de Títeres de Santillana del Mar: Bisóntere.


Como el año pasado, he madrugado para poder adquirir las entradas que nos permitan asistir a los espectáculos elegidos, evitando sorpresas desagradables, llenos previsibles, lamentos infundados y quejas desproporcionadas, y después, con ellas en el bolsillo, me he lanzado a un apasionante viaje en compañía de Rob J. Cole que, convertido en Jesse ben Benjamin, me ha conducido hasta el interior de una espléndida madraza en Ispahan, en la lejana Persia.

Poco antes de las once y media han llegado mis sobrinos y sus padres. Cierro el libro y sin entretenernos nos dirigimos al patio del Colegio Público Santa Juliana donde los integrantes de la compañía catalana Galiot Teatro nos han dado la bienvenida a "Los Títeres", un espacio dedicado al mundo de las marionetas en el que pequeños y mayores podemos jugar con ellas libremente, dejando volar nuestra imaginación y sumergiéndonos en un mundo de fantasía al que Dani y Adrián nos han arrastrado irremediablemente.






El tiempo ha volado y hemos tenido que darnos prisa para llegar a la Plaza Mayor a tiempo de conocer como fue descubierta la Cueva de Altamira.  Sin embargo por el camino nos ha sorprendido una enigmática mujer arrastrando un pequeño carretillo en el que viaja Odil, un esqueleto de expresivo 'rostro' que ansía encontrar un lugar en el que descansar. Los belgas Les Contes D'Asphalt nos han brindado un breve y delicado espectáculo que hemos aplaudido sorprendidos
.


Bisontere-2013 | Imagen 24Continuamos nuestro camino y llegamos a la Plaza Mayor con el tiempo justo; sobre el escenario está todo dispuesto para que los chicos de Arte en Escena  recreen el momento en que Marcelino Sanz de Santuola y su hija descubrieron, hace más de cien años, la Cueva de Altamira. "Altamira, la aventura de María Justina" es un didáctico proyecto teatral con un fantástico decorado que invita a lanzarse al interior de la cavidad pero que, lamentablemente, brilla mucho más que la historia que envuelve. Un 'cuento' que pierde interés a medida que avanza para, finalmente, resultar largo y aburrido. ¡Una pena!

Al terminar la función nos encontramos con Marta y sus papás. Los peques hacen buenas migas y todos juntos buscamos un lugar para comer y reponer fuerzas. Después, mientras los mayores toman el café, los 'niños' exploramos la terraza buscando una cueva en la que  adentrarnos buscando pinturas y restos de nuestros antepasados.

La jornada avanza; hay que continuar. Nos reunimos con los compañeros de cole de Dani y Adrián y nos dirigimos al hall del Colegio Público Santa Juliana. Allí la compañía italiana Teatrino dei Peide nos ofrece  el espectáculo más sorprendente y bonito de esta edición de Bisóntere: "Había una vez, dos pies".
Sobre el escenario se reparten varias maletas decoradas con simpáticos dibujos que encierran en su interior un puñado de deliciosos relatos. Verónica González, actriz argentina residente en Italia, ocupa el centro del tablao y, derrochando ternura y simpatía, las va abriendo una a una. De su interior saca el atrezzo con el que viste sus pies, sus rodillas y sus manos construyendo graciosas marionetas que comparten con nosotros una secuencia de tiernas historias que, alternando el absurdo y la poesía y siguiendo el ritmo de la música, nos hacen sonreír. ¡Fantástica!



Cae la tarde. Los Titiriteros de Binefar son los protagonistas de la romería infantil con la que pretendemos ponerle el punto final a la jornada: "¡Que llueva, que llueva!". El recuerdo de la fiesta amenizada por ellos mismos el año pasado nos empuja hasta la Plaza Mayor pero la enorme cantidad de gente aglomerada frente al escenario y la mala calidad del sonido hace que, poco a poco, nuestro entusiasmo decaiga. Optamos por retirarnos y los peques nos arrastran de nuevo hasta el 'taller' de títeres organizado por Galiot Teatro, pero las puertas están ya cerradas así que, antes de volver a casa, buscamos una terraza en la que saborear una cerveza bien fresquita mientras los niños corretean a nuestro alrededor. Parece que el fin de fiesta me va a dejar peor sabor de boca que otros años pero Bisóntere aún nos reserva una sorpresa.

Suenan trompetas... 
El pequeño Pablo corre a la puerta de la cafetería en la que descansamos. Al rato vuelve y, uno a uno, nos arrastra hasta la calle. Frente a nosotros un puñado de orondos músicos vestidos de negro y con las caras pintadas de blanco mueven las caderas al ritmo impuesto por su propia música: son los chilenos Swing Boppers. Son simpáticos y tienen gracia. Nos unimos a su pasacalles musical y siguiendo sus pasos recorremos las calles de Santillana. 


Ahora sí, ya va siendo hora de que los peques se vayan a dormir. Los niños y sus papás se retiran. Les decimos adiós pero a mi madre y a mí aún nos queda una aventura más.
En el interior de la Torre de Don Borja la danesa Sofie Krog ha instalado su diminuto teatro giratorio para presentarnos "Diva", un espectáculo de títeres para 'adultos' que nos introduce en las profundidades de un oscuro cabaret y de un siniestro laboratorio desde donde un ramillete de peculiares personajes (una hermosa y sofisticada artista, un mayordomo enfermo de amor, un científico loco y un simpático y travieso asistente de laboratorio) comparten con nosotros una noche nefasta para ellos que pudiera ser la última...



No habrá sido ésta, sin embargo, la última noche que yo comparta con Bisóntere, un proyecto extraordinario que un año más, pese a la difícil situación que atravesamos, me ha permitido sumergirme en un maravilloso mundo de fantasía e ilusión. ¡GRACIAS!

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