Bilbao, 27 de mayo de 2.013
Esta tarde he ascendido al Paraíso del Teatro Arriaga pero no he tardado en morder la manzana que desde el escenario me tendía ella. Ajinoam Nini es una cantante israelí conocida en España por su nombre artístico: Noa.
Siendo muy niña emigró con sus padres a los Estados Unidos. A los diecisiete años decidió regresar a Israel; amplió la formación artística que había empezado a recibir en Nueva York y conoció al guitarrista y compositor Gil Dor, junto al que inició una brillante carrera musical que le ha permitido compartir canciones y escenario con artistas como Sting, Stevie Wonder, Carlos Núñez o Joan Manuel Serrat.
El 28 de septiembre del año 2.000 visitó el Palacio de Festivales y su actuación me cautivó de tal modo que hoy no podía faltar a su cita en Bilbao.
A la hora prevista ha salido al escenario del Teatro Arriaga. Descalza y con un sencillo vestido negro ha ocupado el centro del tablao, flanqueada por su inseparable compañero Gil Dor y por unos timbales desocupados a los que ella misma se ha encargado de sacar partido a lo largo de la noche; a su espalda se ha situado el Solis String Quartet, formado por dos violines (Luigi De Maio y Vincenzo Di Donna), una viola (Gerardo Morrone) y un chelo (Antonio Di Francia). Juntos nos han presentado su nueva aventura musical, "Classic Noa", un recorrido a través del tiempo en el que recuperan algunas de las más significativas canciones de su repertorio para interpretarlas con aires y ritmos nuevos.
Durante la primera parte del concierto Noa ha repasado algunas canciones clásicas hebreas. He cerrado los ojos y su voz, fresca y cristalina, alegre, juguetona y saltarina, me ha trasladado a un hermoso oasis cubierto por un inmenso cielo negro plagado de estrellas mientras el vibrar de las cuerdas raspadas me hacía sentir el sonido de los juncos agitados por el viento. ¡Maravilloso!
El Solis String Quartet se ha retirado. Noa y Gil Dor se han quedado sólos en el escenario y entonces la israelí nos ha recordado una y otra vez que hay mil maneras de decir te quiero.
Mil veces más repetiré
una vez y otra vez, una vez y otra vez...
mil maneras de decir te quiero.
Y se muy bien que puedo y podré,
si mi corazón, una vez y otra vez,
te hace comprender que yo te espero.
Cuantas veces me derrumbo
y alzo el vuelo en un segundo,
tengo que aprender de cada error.
Tropezar, caer y, al final,
es tu nombre mi única verdad.
Cuantas veces diré
una vez y otra vez, una vez y otra vez...
sin saber quien oye mis palabras.
Quiero creer que voy a poder.
Se que pude huir, pero me quedé.
Nunca me importó perder batallas.
Casi pierdo la razón,
presa de tu indecisión:
hoy soy reina y mañana no.
Y tú, otra vez,
ni te alejas ni rozas mi piel.
Y hoy habrá un baile para dos,
atados tú y yo.
Bailando soñaré que todo está bien
y así quiero amanecer siempre.
una vez y otra vez, una vez y otra vez...
Mil palabras que son para mí.
Me digo que lo intentaré,
que aún hay algo más que puedo hacer.
Yo se que podré...
Idoia es amiga de Noa. Está entre el público y a ella le ha cantado "Eye in the sky". Una dedicatoria especial que nos ha puesto a todos los pelos de punta. Ha cantado con el corazón, y el público, puesto en pie se lo ha agradecido con una prolongada y sincera ovación. ¡Que bonita!
Después ambos se han retirado. Han dejado que el Solis String Quartet nos deleitase con un tema instrumental y cuando han regresado, han cambiado de registro. Dejando atrás las áridas tierras de oriente próximo nos han acercado el aroma de la brisa mediterránea interpretando un puñado de canciones napolitanas -tierra de la que es originario el cuarteto de cuerda- con cierto sabor yemení: una fabulosa fusión que contagia alegría y frescura y romanticismo.
El concierto se acaba, pero es sólo un espejismo. Noa regresa con un puñado de palabras cariñosas para Joan Manuel Serrat, quien un día le regaló una deliciosa historia de amor hecha canción:
Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué,
ni me viniste a buscar.
Tú estabas
donde no tenías que estar,
y yo pasé,
pasé sin querer pasar.
Y me viste, y te vi
entre la gente que
iba y venía con prisa
en la tarde que anunciaba chaparrón.
Tanto tiempo esperándote...
Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué,
ni me viniste a buscar.
Yo estaba
donde no tenía que estar,
y pasaste tú,
como sin querer pasar.
Pero prendió el azar,
semáforos carmín,
detuvo el autobús y el aguacero
hasta que me miraste tú.
Tanto tiempo esperándote...
Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué,
ni me viniste a buscar.
Es caprichoso el azar.
("Es caprichoso el azar"
Joan Manuel Serrat)
Sí, en ocasiones es caprichoso el azar, pero mientras tanto seguimos siendo uno en la noche y uno al despertar; seguimos siendo uno queriendo ser dos...
¿Dónde estaré mañana?
¿Dónde estarás mi amor?
Bajo el sol, abrázame,
que se que tú y yo
podemos ser dos.
Recordándonos que "La vida es bella" Noa se ha retirado por segunda vez, pero por segunda vez ha regresado. Lo ha hecho para regalarnos una graciosa aria construida a partir de un puñado de canciones infantiles israelíes y después, bajo un precioso arco iris de luz multicolor, nos ha dicho adiós definitivamente poniéndole punto final a un emocionante concierto que ha destilado alegría, delicadeza, elegancia, optimismo y sensibilidad.
Tú, no dejes de jugar,
no, no pares de soñar,
que una noche la tristeza
se irá sin avisar
y al fin sabrás
lo bello que es vivir.
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