lunes, 9 de julio de 2012

MADE IN BLUE: pájaros negros revoloteando en torno a la torrencial voz de Carol Martín

Galizano, 6 de julio de 2.012

Hace meses que buscaba la ocasión de volver a disfrutar de un directo de Made in Blue, pero por uno u otro motivo, pese a lo mucho que se prodigan por los escenarios de nuestra región, no encontraba el momento.


Hace unas semanas les vi en Bodegas Mazón, donde actúan con cierta frecuencia, pero he de confesar que, si bien su presencia aderezó el condumio contribuyendo a que rabas, chopitos y demás viandas supiesen mejor que nunca, el efecto no fue recíproco y la charla y el picoteo hicieron que su directo se diluyese en un segundo plano del que no supe disfrutar.


Hoy se presentaba la ocasión perfecta para desquitarme.
El Osthav de Galizano anunciaba su actuación a las diez de la noche y, después de haber asistido a la inauguración de la exposición de pintura de Pedro Sobrado en el Observatorio del Arte de Arnuero, éste podía ser el mejor modo de rematar una bonita jornada.





A las once menos cinco de la noche, en la terraza del pub y con una temperatura impropia de los meses de verano, pero típica de nuestra tierruca, empezó el concierto.
Desconozco quienes fueron los responsables, pero casi una hora de retraso me parece un poco excesivo.


A Iván Velasco (guitarra) y Pepe Masides (bajo) les acompañaba esta noche Rodri Irizábal (batería), convirtiendo a Made in Blue en una bandada de pájaros negros revoleteando en torno a la torrencial voz de Carol Martín.


Durante algo mas de hora y media Made in Blue nos brindó la posibilidad de disfrutar, gracias a sus particulares versiones, de la mejor música americana.


La voz de Carol se vistió de negro para homenajear a Etta James ("At last" y "I just want to make love to you") antes de desmelenarse brindándonos una trepidante versión del "Who stole my radio" de Shemekia Copeland.


Los sólos de guitarra de Iván Velasco incrementaron la intensidad del concierto regalándonos junto a sus compañeros una apabullante versión del "Superstition" de Stevie Wonder antes de invitarnos a subir al "Mystery train" de Grace Potter para ponerle el punto y final a una fantástica noche de música en directo.


Sin duda, la espera mereció la pena.

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