Mogro, 1 de enero de 2.013
Ayer le dije adiós al 2.012 de la mejor manera posible.
Primero brindé con cava con una amiga muy especial a la que el año nuevo sólo debería traerle cosas buenas y después me reuní con mi familia. Cantamos villancicos, comimos dos docenas de uvas, compartimos juegos de mesa hasta altas horas de la madrugada y finalmente me quedé dormido sobre un colchón tirado en el salón de mi casa flanqueado por los dos renacuajos más lindos del mundo y con una enorme sonrisa en los labios.
El 2.013 ha comenzado del mismo modo, compartiendo buenos momentos con aquellos a quienes más quiero, pero ahora estoy cansado.
Me he quedado sólo y antes de acostarme he buscado acomodo en el sofá para saborear una comedia romántica, bonita, delicada, sencilla y con final feliz: "Serendipity".
Los protagonistas de la historia, Sara (Kate Beckinsale) y Jonathan (John Cusack), se conocieron durante las navidades del año 2.001 en un centro comercial de Nueva York y, si yo fuese él, puede que también me hubiese quedado prendado de ella aunque al entrar en el ascensor del Waldorf Astoria creo que hubiese pulsado el botón de la planta 28.
El suyo fue un 'accidente afortunado' que después de múltiples coincidencias les condujo a un romántico reencuentro.
Dicen que el 2.013 será un año duro pero voy a lanzarme a por él decidido a saborear todos los buenos momentos que me depare.
No creo mucho en el destino pero estaría bien que me echase una mano. Se a donde me gustaría llegar, pero no se muy bien como hacerlo.
Por si acaso, mañana, cuando salga a ejercer las labores propias de un paje real, tal vez busque unos guantes de cachemira negros.
Quizás así...
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