lunes, 22 de abril de 2013

ROCÍO MOLINA - 'VINÁTICA': brindo con ella

Santander, 3 de agosto de 2.011

Malagueña, joven (27 años), morena, bajita y robusta; Rocío Molina baila desde los tres años, con sólo diecinueve fundó su propia compañía y en 2.010 recibió el Premio Nacional de Danza en la modalidad de Interpretación por su aportación a la renovación del arte flamenco y su versatilidad y fuerza como intérprete capaz de manejar con libertad y valentía los más diversos registros.

Hoy, dentro de las actividades propuestas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) viene a presentar en el Casyc su último trabajo: "Vinática".

Las puertas del teatro se abren apenas diez minutos antes de la hora fijada para el comienzo del espectáculo. Con música de Chopin como telón de fondo, sobre el escenario nos recibe la propia Rocío, de espaldas en el centro del tablao, sosteniendo una copa de vino con su mano izquierda mientras baila misteriosa, coqueta y seductora con su brazo y mano derecha.


Son las diez de la noche. Se apagan las luces y comienza el espectáuclo.
"Vinática" es una coreografía simbólica con mucho de autbiográfico que la propia Rocío Molina define como "una reflexión, con el vino como hilo conductor, de un espectáculo que nació olvidando y deformando la técnica y que busca alcanzar el límite en los movimientos del cuerpo, como las personas ebrias que se encuentran al borde del abismo".


La malagueña funde su arte flamenco con una técnica depurada desplegando movimientos nuevos cargados de belleza y sensualidad para bailar con una pasión desgarradora.



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