Santander, 10 de diciembre de 2.013
Jimmy Barnatán ha vuelto a casa. Está en Santander y esta noche, junto a Sergio González, se ha dejado caer por el Canela para regalarnos un puñado de canciones.
El público ha llenado el mítico local de la plaza de Cañadío.
Yo sabía lo que venía a buscar pero esta vez me costó encontrarlo. No me gustan los 'conciertus interruptus' pero confieso que en esta ocasión la pausa nos vino de maravilla a todos.
El concierto empezó mal: triste, monótono... Jimmy gruñía y la guitarra acústica de Sergio dejaba detalles pero la chispa no prendía. Por un momento pensé que el formato acústico de esta pareja me iba a decepcionar pero entonces decidieron parar...
Los cinco minutos que tardaron en fumarse un cigarrillo fueron suficientes para que todo cambiase. Cuando Jimmy y Sergio volvieron a ocupar su lugar bajo el tablón de anuncios del Canela nada fue igual.
Tres velas bastaron para despertar a un público que sabía lo que quería. Ellos se despertaron y nosotros aplaudimos, gritamos y gruñimos. Fue breve pero nos fuimos a casa con muy buen sabor de boca.
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