sábado, 7 de junio de 2014

BISÓNTERE: hasta el sol rinde pleitesía a los títeres de Santillana

Santillana del Mar, 31 de mayo de 2.014

En ocasiones madrugo para que la tarde crezca interminable y el día se haga año...
(Gloria Fuertes)

Llueve, pero a los amigos de Bisóntere no nos importa. En Santillana del Mar se celebra la séptima edición de su festival internacional de títeres y las marionetas vuelven a salir de las cuevas.


La organización ha reaccionado rápido y bien.
Por la mañana algunos espectáculos han tenido que cambiar de ubicación para evitar la lluvia...

El patio del Colegio Público Santa Juliana se ha convertido en la improvisada sede de cinco teatrillos de madera instalados por la compañía catalana Laitrum para que los pequeños se conviertan por un instante en los 'narradores' de varios cuentos populares.


Entre palomita y palomita hemos tenido la oportunidad de experimentar en nuestra propia piel el placer que sienten los actores y manipuladores cuando se suben a un escenario.
Los improvisados titiriteros se sitúan detrás de las cortinas para seguir ingenuamente las instrucciones que reciben a través de unos auriculares mientras sus espectadores, gracias a otros, escuchan la historia que da sentido a sus gestos.



La idea me parece fantástica: mayores y pequeños interactuando en torno al maravilloso mundo del teatro. ¡Genial!

Durante la sesión de cuentacuentos nos sorprende la ruidosa irrupción de una pequeña tartana motorizada en cuyo techo se despliega el circo más pequeño del mundo: "Circumloqui".


Se trata de un espectáculo itinerante presentado por la compañía Ne Me Titere Pas en el que un payaso y un músico hacen gala de todos sus conocimientos de ingeniería casera para mostrarnos sus números de fuerza, magia y equilibrio antes de ponerle punto y final con la estelar aparición del bebé Bala y el peligrosísimo salto de trampolín efectuado por el maestro de ceremonias.


Ha dejado de llover pero las calles están mojadas.
El espectáculo programado en la Plaza Mayor se traslada a los soportales del ayuntamiento. Los niños se sientan en el suelo y los adultos, de pie, se agolpan en los alrededores.


Desde Galicia ha llegado la compañía Trompicallo para presentarnos a sus títeres de guante y cachiporra que, a base de aspavientos y golpetazos, nos cuentan una insípida historia con rebuscada moraleja que arranca, sin embargo, las carcajadas de los más pequeños: "Jamil".


Hemos salvado la mañana.
Es hora de comer, abrir regalos y soplar velas: sesenta y siete años no se cumplen todos los días. ¡¡¡Felicidades!!!

El sol se ha sumado a la fiesta: él también quiere felicitar a la abuela. La tarde se pinta de azul y con las batería recargadas regresamos al patio del colegio. La compañía francesa La Chaise à Porteurs a reclutado entre sus alumnos un enjambre de singulares pajarracos que recorrerán las calles de la villa deteniéndose en plazas y esquinas para piar, bailar y jugar con los espectadores. Ellos son "Les Piafs".



Acompañamos a los extraños gorriones hasta la colegiata.
Allí les decimos adiós y nos acercamos al patio del Museo Jesús Otero para enredar con algunos de los cuarenta y dos juegos de habilidad diseñados por los catalanes Guixot de 8 reciclando muchas de las bicicletas recogidas por la Mancomunidad La Plana de Malla: "Garabato de Bicicleta".


La tarde ha quedado bonita. Mucha gente ha venido a Santillana y nosotros hemos reunido ya a cinco pequeñajos así que, de manera espontánea, nos repartimos por el jardín para no perderles y tratar de explicarles el funcionamiento de norias, poleas y laberintos al tiempo que probamos nuestra propia habilidad.



Apuramos el tiempo pero a las seis de la tarde hemos de estar en la Casa de la Parra: tenemos una cita con la compañía vallisoletana Teloncillo Teatro.
Les conocimos aquí hace tres años, cuando nos presentaron a "Otto", un pequeñín al que siguen haciendo guiños en su nueva producción: "Nidos".


Los sonidos del bosque van a envolver el ambiente.
Vamos a pasar un rato al pie de un árbol donde habitan seres y enseres muy especiales. Nos vamos a cobijar en el árbol, a oler a tomillo, a comer frutos del bosque, a viajar con la cigüeña; con el picapino vamos a hacer agujeros, a soñar con el mirlo. Pero no todo van a ser pájaros: vamos a pasar un rato cargado de juegos y vuelos, sonidos y nidos, telas y arañas, hebras y culebras...



La sencillez es la compleja herramienta con la que Ana y Ángel construyen el cálido refugio en el que tanto niños como mayores nos dejamos abrigar buscando cobijo entres sus sonidos, sus colores, sus movimientos, sus rimas, sus sonrisas y su alegría. Un trabajo delicioso: ¡gracias!

Volvemos al colegio para presenciar la decepcionante e inapropiada propuesta de La Compagnia Dromosofista: "Historia de un abrazo".
Un espectáculo complejo y aburrido programado en un lugar inapropiado para un tipo de público equivocado. Una pena...

Nos dirigimos a la Plaza Mayor e, ignorando los brotes de estupidez que me encuentro por el camino, me sumerjo en una delirante y agotadora romería infantil amenizada por los Titiriteros de Binefar: "Aquí te espero".




Después de bailar durante una hora la jornada está llegando a su fin. Va siendo hora de que los peques se retiren a descansar pero a mí aún me queda tiempo para degustar una exquisitez más...

En el Parador de Santillana la compañía italo-chilena Scarlattine Teatro & David Zuazola Puppets estrena su producción "Cupido es una broma", un romántico cuento barroco cuya estética me ha traído a la memoria la novela "La mecánica del corazón", del francés Mathias Malzieu.


Cinco viñetas articuladas sirven para presentarnos a Nulo, un hombre enamorado al que su novia traicionó y rompió el corazón.



Nulo hace responsable de su sufrimiento a Cupido y consagra todo su ingenio a la fabricación de la 'Máquina de la Casi Muerte', con la que pretende burlar a San Pedro para adentrarse en el Más Allá, localizar al angelote y vengarse de él.


El simpático arquero resultó ser un siervo del averno pero su lote de flechas envenenadas y su cuota de corazones destrozados son los que tiñen de incertidumbre al amor, convirtiéndolo en un sentimiento tan arrebatador. 


Cae la noche. Tomamos un par de cervecitas y nos retiramos.
Un año más Bisóntere ha sido un éxito. Los títeres y el público han ocupado las calles de Santillana y hasta el sol ha tenido que rendirse ante su mágico encuentro. Hay química...
Gracias a los organizadores del festival he podido disfrutar junto a la gente que más quiero de uno de esos días que, aunque le dejan a uno baldado, sirven para cargar pilas y hacer acopio de sonrisas: que de manera espontánea mi sobrino se acerque a Ana para contarle lo mucho que le ha gustado su espectáculo "Nidos" es bonito, pero que acto seguido me tire de la mano y me diga "...y gracias a ti por traerme" no tiene precio.


Busco en mi agenda el último fin de semana de mayo del año que viene: ¡ya está reservado!

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