jueves, 22 de octubre de 2015

FROZEN, UNA AVENTURA CONGELADA: ¡carne de musical!

Mogro, 22 de octubre de 2.015


En 2.013 los estudios de Walt Disney estrenaron "Frozen", una brillante película de animación ganadora de dos premios Óscar (mejor película de animación y mejor canción original). Inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen "La reina de las nieves", se trata de una historia de princesas destinada, sin duda, a instalarse en Broadway y viajar por todo el mundo convertida en un vistoso musical...


La princesa Elsa nació con unos extraños poderes que le permiten controlar el hielo y la nieve  a su antojo pero que ahora se le están yendo de las manos. Hay belleza en él pero también un gran peligro: deberá aprender a controlarlo o se convertirá en su peor enemigo.


Cuando sin querer hirió a su hermana pequeña Anna, se prometió a sí misma ocultarlos y no volver a usarlos nunca más. Las puertas del castillo se cerraron y ella permaneció recluída en una de sus habitaciones. Ambas hermanas eran inseparables pero ahora ya no.


Tras la muerte de sus padres, al alcanzar la mayoría de edad, Elsa fue proclamada reina de Arendelle. El día de la coronación se abrieron las puertas del castillo y por primera vez en años sus salones se llenaron de luz y música. ¡Había magia y diversión!



Un paso en falso y todo se echaría a perder...
Todo fue bien hasta que la impetuosa Ana anunció su precipitado compromiso con el príncipe Hans. Elsa le pidió paciencia: no conocía ni sus apellidos, ni su comida favorita, ni el nombre de su merjor amigo, ni el color de sus ojos, ni el tamaño de su pie, ni siquiera si se come los mocos... Ana se enojó: arrebató uno de los guantes de su hermana y el hielo lo invadió todo.



La joven reina se asustó, congeló el verano y Arendelle quedó atrapada en un invierno eterno. Huyó despavorida para perderese en la montaña y no volver jamás.



La nieve pinta la montaña hoy, no hay huellas que seguir.
La soledad un reino, y la reina vive en mí.
El viento ruge y hay tormenta en mi interior.
Una tempestad que de mí salió...
"Lo que hay en ti no dejes ver:
buena chica tú siempre debes ser.
No has de abrir tu corazón."
¡Pues ya se abrió!

Se quitó sus guantes y los arrojó bien lejos para disfrutar de la magia que brota de sus manos. Se soltó el pelo y una hermosa sonrisa regresó a sus labios.




¡Libre soy, libre soy! No puedo ocultarlo más.
¡Libre soy, libre soy! Libertad sin vuelta atrás.
¡Que más da!
No me importa ya: gran tormenta habrá...
El frío es parte también de mí.
Mirando a la distancia, pequeño todo es,
y los miedos que me ataban, muy lejos los dejé.
Voy a probar qué puedo hacer sin limitar mi proceder.
Ni mal, ni bien: obedecer jamás.
¡Libre soy, libre soy! El viento me abrazará.
¡Libre soy, libre soy! No me verán llorar.
Firme así, me quedo aquí. Gran tormenta habrá...
Por viento y tierra mi poder florecerá.
Mi alma congelada, en fragmentos romperá.
Ideas nuevas pronto cristalizaré.
No volveré jamás, no queda nada atrás...
¡Libre soy, libre soy! Surgiré como el despertar
¡Libre soy, libre soy! Se fue la chica ideal.
Firme así, a la luz del sol. Gran tormenta habrá...
El frío es parte también de mí.

Ana fue tras ella. El joven Kristoff, su fiel reno Sven y un atolondraado muñeco de nieve llamado Olaf, le llevaron a la Montaña del Norte y  le acompañaron hasta el impresioanante palacio de hielo en el que Elsa se había encerrado.



Ellos esperaron fuera mientras ellas hablaban. Por primera vez en años estaban juntas pero Anna volvió a resultar herida. El príncipe Hans hubiese podido salvarla pero él no la amaba en realidad: sólo ansiaba el trono de Arendelle.



Elsa fue capturada y trasladada a los calabozos del castillo. Sus manos fueron enjauladas dentro de unos guantes de hierro y ella acusada de alta traición y condenada a muerte.



¡Sólo un acto de amor verdadero podría salvarles!


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