domingo, 8 de noviembre de 2015

CALZADA ROMANA DE MEDIACONCHA: ¡¡¡peligro: suelo resbaladizo!!!

Pie de Concha, 2 de noviembre de 2.015

La cuenca del Besaya ha sido históricamente la principal vía de comunicación entre el norte de Cantabria y la meseta. Por ella discurría la 'Via Legione VII Gemina ad Portum Bledium' cuyo itinerario aparecía ya en una de las placas del 'Itinerario de Barro' del siglo III.
La calzada romana partía de Pisoraca -actual Herrera de Pisuerga-, se internaba en territorio cántabro y descendía hasta Portus Blendium (Suances). Fue construida durante las guerras cántabras eludiendo el angosto desfiladero de las Hoces de Bárcena para facilitar el desplazamiento de de las legiones romanas evitando las emboscadas y su trazado siguió utilizándose durente varios cientos de años hasta que en el siglo XVIII se construyó el Camino Real de Santander a Reinosa que discurre por las hoces, al otro lado del río.

Entre las localidades de Somaconcha y Pie de Concha se conserva un tramo de calzada de unos cinco kilómetros de longitud excelentemente conservado conocido como la Calzada de los Blendios. Salva cuatrocientos trece metros de desnivel, tiene entre tres y cuatro metros de anchura y presenta una pendiente uniforme próxima al 10 %. Aunque su trazado es el establecido por los ingenieros romanos, las grandes losas de piedra que forman la calzada y en la que el paso de los carros dejó su huella proceden de una época mucho más reciente (siglo XVII).

Aparcamos el coche junto a las últimas casas de Pie de Concha (298 m.) y echamos a andar por un camino situado a nuestra izquierda que comienza a ascender junto a un panel informativo.


Compartimos confidencias y ganamos altura rápidamente. Pronto pisamos las viejas losas de piedra: bajo nuestros pies quedan los tejados de Pie de Concha y al fondo vislumbramos las infraestructuras de la nueva Autovía de la Meseta.




Tomamos una pista de tierra y cruzamos sobre las vías del ferrocarril Santander - Alar del Rey (1.866) para encontrarnos de nuevo con la vetusta calzada y llegar pronto a Mediaconcha (528 m.), una pequeña aldea semiabandonada formada por un puñado de casas medio derruidas entre las destaca alguna restaurada recientemente.




Pasamos junto a los restos de la antigua iglesia y continuamos ascendiendo por la calzada. Atravesamos un bosque de avellanos, castaños, robles y hayas -con algún ejemplar aislado de acebo-, caminando sobre la alfombra de hojas secas que cubre las viejas losas de piedra y atendiendo a los sabios consejos de mi madre, dictados por la voz de la esperiencia, pongo especial cuidado en tratar de evirar un traicionero resbalón de trágicas consecuencias.



En poco más de una hora hemos llegado a Somaconcha (711 m.), una pequeña aldea despoblada, con una bonita ermita recientemente restaurada, situada en un collado desde el que cómodamente podríamos bajar a Pesquera (620) por una carretera perfectamente asfaltada.



Deshechamos la idea de acercarnos al pueblo y echamos a andar por una pista que en apenas media hora más nos permite asomarnos al mirador de Peña Bustio (859 m.), desde donde tenemos ocasión de contemplar a su paso por las enrevesadas Hoces del río Besaya la despoblada carretera nacional que une Torrelavega con Reinosa.


Volvemos sobre nuestros pasos pero, en vez de regresar a casa, nos desplazamos hasta Puente Viesgo y degustamos un sabroso cocido lebaniego. No hay ninguna duda: ¡nos lo hemos ganado!

2 comentarios:

  1. Buenos días, me gustaría pedirte permiso para utilizar tu fotografía de la Ermita de Somaconcha en la página web del Ayuntamiento de Pesquera.

    Muchas gracias y un saludo

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