jueves, 14 de septiembre de 2017

LA PRINCESA BLANCA: oculta y paciente

Santander, 30 de agosto de 2.017

Cuatro años después del estreno en televisión de “La reina blanca” se ha emitido en televisión “La princesa blanca”, secuela producida por Emma Frost basada en uno de los libros de la serie ‘Novelas de los Plantagenet y los Tudor’ firmada por Philippa Gregory.

 
“La divinidad del rey no es más que un cuento, porque ese derecho se toma y se mantiene por la fuerza.”

Agosto de 1.485. Hace dos días que el rey Ricardo III ha muerto en la batalla de Bosworth. La princesa Isabel estaba enamorada de él, pero ahora está comprometida en matrimonio con el nuevo rey Tudor…


Enrique VII (Jacob Collins-Levy) ha decretado que su reinado comenzó el día anterior a la batalla y que todos los que lucharon contra él serán considerados traidores y deberán ser encarcelados. Además, ha ordenado que los lores ingleses reduzcan su guardia para evitar que formen ejércitos privados que se opongan a los impuestos que imponga y, para vengarse de todas las ocasiones en las que la duquesa Margarita de York (Joanne Whalley) intentó atraparle en sus redes y entregarle al verdugo de Ricardo, ha prohibido cualquier tipo de comercio con Borgoña.

Los sueños de Margarita Beaufort (Michelle Fairley) se han hecho realidad. No le importó asesinar a dos niños indefensos con tal de que la voluntad del Señor se cumpliese…


Diós ha sido quien ha colocado a su hijo en el trono de Inglaterra, pero a su lado, en el otro trono, colocará a la hija de Isabel Woodville (Essie Davis).


Enrique había jurado unificar el país y prometió casarse con ella. Puede que ese sea el sacrificio que Dios le haya impuesto a cambio de cederle Inglaterra, pero solo lo hará si se queda embarazada: por las venas de su heredero ha de correr sangre York y Lancaster...


Isabel de York (Jodie Corner) y Enrique VII se casaron en la Abadía de Westminster el 18 de enero de 1.486. Lo de ‘modesta y penitente’ no sirve para ella. ‘Oculta y paciente’: ese será su lema…



Antes de la batalla de Bosworth, el fallecido Ricardo III había designado a su primo, Juan de la Pole, como su heredero, pero este nombramiento había sido revocado por el nuevo rey. Él y sus primos, Margarita (Rebecca Benson) y Eduardo Plantagenet -hijos de Jorge de York, duque de Clarence-, le habían jurado lealtad y habían renunciado a cualquier derecho al trono que pudieran tener, pero Inglaterra se estaba volviendo contra él. Se estaban produciendo disturbios y muchos soldados se estaban cambiando de bando para unirse a los rebeldes, que consideraban que el pequeño Teddy era el legítimo rey de Inglaterra. El joven conde de Warwick se había convertido en una ameneza para Enrique, así que este ordenó encerrarlo en La Torre de Londres.


Por otro lado, Borgoña se había convertido en un importante bastión rebelde. Jasper Tudor (Vincent Regan) viajó al continente para negociar la paz con la duquesa Margarita -cuñada de la madre de la reina-, y forjar nuevas alianzas entre sus naciones. Ella, pese a que el enfrentamiento entre su casa y la de los Lancaster le había costado un padre, un marido y dos hermanos, se tomó la molestia de atenderle, No le gustaban las guerras, pero la repentina muerte de su hijastra, la impulsó a tomar partido: la sangre York que corría por sus venas clamaba venganza.


Isabel de York había sido coronada reina (25 de noviembre de 1.486) y ocupado un lugar junto a su esposo en el trono. El nacimiento del príncipe Arturo le había hecho cambiar de bando: estaría a su lado para siempre. Su destino era fundir dos casas en una, ocupar el trono de Inglaterra y devolver la paz al reino...



Pero la duquesa se ha vuelto contra los Tudor. Todo el mundo creía que el pequeño Ricardo había muerto en La Torre de Londres, junto a su hermano, el príncipe Eduardo, pero su madre lo había puesto a buen recaudo. Su repentina irrupción en el ducado de Borgoña ha hecho que todos los reinos cristanos celebren el regreso del apuesto príncipe York de pelo dorado. Pronto podrá enfrentarse a Enrique y recuperar el lugar que le corresponde, como legítimo rey de Inglaterra.


Representantes de todas las casas europeas asisten a su matrimonio con Catalina Gordon (Amy Manson), prima del rey Jacobo IV de Escocia. Solo España parece haberse decantado por los Tudor. Sus majestades, los Reyes Católicos, están dispuestos a casar a su hija, la infanta Catalina, con el joven Arturo, pero antes es preciso deshacerse de cualquier otro aspirante al trono de Inglaterra. Habrá guerra…


El aspirante York (Patrick Gibson) encabeza el ejército escocës que en 1.497 invade Inglaterra, pero las tropas de Enrique salen a su encuentro y lo derrotan. Es capturado y llevado ante la corte donde afirma ser hijo del rey Eduardo IV y de la reina Isabel Woodville. Pretende que Enrique VII se haga a un lado y le devuelvan la corona que un día le arrebataron, pero eso es imposible...


Su hermana, la reina, le ofrece la posibilidad de escapar, pero él no está dispuesto a renunciar a sus pretensiones. Solo queda una salida: buscar un farsante que admita sus crímenes y ejecutarlo (año 1.499). De ese modo, las revueltas se detendrán. Los rebeldes no tendrán a nadie a quien puedan poner en el trono, y la paz llegará por fin a Inglaterra.


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