sábado, 7 de agosto de 2021

CON AMOR, SIMON: soy como tú

Santander, 6 de agosto de 2.021

Dirigida por Greg Berlanti, “Con amor, Simon” (2.018) es una comedia romántica protagonizada por un chico homosexual que aún no ha salido del armario basada en la novela juvenil “Yo, Simon, homo sapiens”, de Becky Albertalli.



Me llamo Simon Spier, vivo en Atlanta, tengo diecisiete años y soy como tú. Mi vida es completa-mente normal en casi todo. Mi padre era el deportista asquerosamente guapo que se casó con la tía más buena y empollona de clase -y, encima, luego, siguió progresando-, tengo una hermana que me cae bien, aunque nunca se lo digo, y, además, están mis amigos: a dos de ellos los conozco de toda la vida -al menos, desde la guardería-, y a la tercera la conocí solo hace unos meses, pero es como si la conociera desde siempre. Llevo una vida total y absolutamente normal, excepto por un enorme secreto…

 


A veces, siento que estoy atrapado en una noria: tan pronto siento que estoy en lo más alto como que estoy hundido. Y así, una y otra vez, durante todo el día, porque tengo una vida guay, pero nadie sabe que soy gay. No se lo he dicho a nadie y la verdad es que no sé por qué. En el fondo, sé que mi familia se lo tomaría bien: mi madre es de lo más liberal y mi padre no es el típico macho alfa.



Fueron pequeñas pistas, aquí y allá, las que hicieron que me diera cuenta de que soy homosexual, como aquel sueño recurrente que tenía con Daniel Radcliffe, o mi obsesión con el cantante del grupo ‘Panic at the disco’. Luego vino lo de mi primera novia: no es que me sienta muy orgullos de aquello, pero salí corriendo en cuanto me dijo que se estaba enamorando de mí…

 

Todas estas cosas no se las he contado a nadie. Contigo siento que puedo abrirme y eso me asusta un poco. No tengo ni idea de quién eres, pero me muero de ganas de besarte, sin embargo, aún no estoy preparado para que mi vida cambie.

 

En realidad, no quiero cambiar. Quiero gustarle a la gente tal y como soy, pero, a veces, siento como si estuviera siempre en otro rollo, como si hubiera una línea invisible que tengo que cruzar para ser como los demás, pero nunca lo hago. A veces pienso que sería mucho más fácil ser de esas personas que se toman unos chupitos y se enrollan con el primero que pillan, pero creo que estoy destinado a querer a alguien hasta casi llegar a morir.



No es justo que solo los homosexuales tengamos que salir del armario; ¿por qué lo estándar es ser hete-ro? Creo que una parte de mí quiere aferrarse a mi ‘yo’ de siempre hasta que termine el instituto. Quién sabe, quizás, después, cuando vaya a la universidad de Los Ángeles, me sienta orgulloso de ser gay y lo proclame a los cuatro vientos.

 

Tus mensajes me han dado fuerzas para contárselo a mi familia y a mis amigos, y todo ha ido bien; pero se han enterado en el instituto y esto no es fácil. Ser gay es algo personal y, en muchos aspectos, tiene que lidiar con ello uno mismo. Sigo siendo yo, pero ahora puedo respirar y ser más ‘yo’ de lo que lo he sido nunca.

 

Durante mucho tiempo he ocultado quién soy porque me daba miedo que el mundo no me aceptara. Hice daño a las personas que más me importan y quiero que sepan que lo siento. Se acabó el tener miedo; se acabó el vivir en un mundo en el que no puedo ser como soy de verdad. Me merezco una historia de amor real. Me muero por saber quién eres: ¡no puedes dejarme solo ahora!


No hay comentarios:

Publicar un comentario