jueves, 16 de febrero de 2012

JÓVENES INTÉRPRETES, CLAUDIA FERNÁNDEZ (flauta) Y MARTA GÓMEZ (flauta): una agradable sesión de musicoterapia

Santander, 23 de enero de 2.012

Éstos están siendo días duros.
La enfermedad de un ser querido es difícil de asimilar y hay momentos en los que nuestra mente se empeña en asomarse al peor escenario posible sin encontrar un brote de esperanza al que aferrarse.

En momentos así es importante buscar refugio en las personas que nos quieren y proponer a nuestra cabeza pequeñas válvulas de escape que nos permitan descansar y relajarnos para tratar de afrontar el futuro con optimismo.

Esto es lo que hoy he intentado yo.
Concluida mi jornada laboral he recogido a mi madre y después de desahogarnos ambos saboreando un café calentito nos hemos acercado hasta el salón de actos de la Fundación Botín, donde hoy comenzaba un nuevo ciclo de música clásica denominado “Jóvenes Intérpretes” destinado a que prometedores artistas seleccionados tras una rigurosa y exigente selección previa dispongan de una oportunidad de mostrar en público el fruto de su trabajo.

Dos jóvenes flautistas naturales de Luanco (Asturias), Claudia Fernández Álvarez y Marta Gómez Alonso, acompañadas al piano por la torrelaveguense Itziar Aguirre, han sido las protagonistas del recital de esta noche en el que han interpretado piezas de Johann Sebastian Bach, George Enesco, Francis Poulenc, Franz Doppler y François Borne, cuya “Fantasía Brillante sobre temas de la Carmen de Bizet para flauta y piano” nos ha hecho vibrar.

Será una de las características de este ciclo la inclusión en todos los recitales de piezas de algún compositor vinculado a nuestra tierruca y hoy le ha tocado el turno a Esperanza Zubieta que ha podido disfrutar en directo de la interpretación de su obra “Tres piezas para dos flautas y piano: Llanto – Una tarde de febrero – A dormir van las rosas” (2.010).

La propia Esperanza es quien presenta su obra en el programa de mano:
“’Llanto’ es un preludio tonal en el que, sobre un acompañamiento pianístico, a modo de lamento, se escuchará un íntimo y sollozante consuelo de flautas.
‘Una tarde de febrero’ es un breve preludio impresionista que describe sutilmente la ‘agradable’ espera en el Café Pombo… una tarde de febrero.
Por último, ‘A dormir van las rosas’ es un preludio construido básicamente con la escala frigia, arropada o en ocasiones combinada simultáneamen-te con la escala española y la escala exátona. Curiosamente, la canción de cuna en que se basa esta obra, oriunda de Castro Urdiales y que aprendí de mi madre, utiliza el mismo tipo de escala que la música flamenca. A ello se debe ese aire andaluz.”

Un concierto evocador que nos ha permitido evadirnos y relajarnos; una agradable sesión de musicoterapia.


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