Baracaldo, 14 de mayo de 2.012
Alejandro
Sanz es un compositor y cantante madrileño, de Cádiz, que ha triunfado en el
mundo entero, convirtiéndose en uno de nuestros artistas más internacionales.
Autor
de algunas de las canciones más bonitas del panorama nacional, íntimas y
románticas, triunfó a nivel mundial con su “Corazón partío”.
En 1997 grabó “Más”, su cuarto álbum de estudio y con él alcanzó el
éxito internacional. Su gira por España le trajo al campo de fútbol de
Torrelavega en 1.998 y allí estaba yo, después de pasar un fin de semana en
Pido y por los Picos de Europa. No conservo muchos recuerdos de aquel
concierto, pero aún reventado físicamente, lo disfruté.
En
el año 2.000 salía a la luz su nuevo disco, “El alma al aire”, y en el verano del
2.001 Alejandro Sanz lo presentó en
Fuimos
a verlo con mi prima, una adolescente “enamorada” de su ídolo, y a sólo unos
metros de distancia pudimos disfrutar del artista sentado al piano cantándonos
sus historias.
A
partir de ahí le pierdo la pista. Instalado en Miami Alejandro Sanz
comenzó a experimentar nuevas formas de hacer música y contarnos sus historias
alejándose de sus orígenes.
“No
es lo mismo” y “El tren de los momentos” son discos que siguieron vendiéndose; los
fans no abandonaron al artista pero yo dejé de escuchar sus canciones.
A
finales del 2.009 me hacieron llegar el nuevo disco de Alejandro Sanz: “Paraíso
Express”.
No me hizo falta escuchar el disco más de un par de veces para
engancharme a él. Han tenido que pasar diez años pero ha vuelto a grabar un
disco redondo.
Con varios meses de antelación sacamos las entradas para su
concierto en el BEC de Baracaldo.
Hoy
hemos disfrutado del mejor Alejandro Sanz.
La
puesta en escena es grandiosa con una espectacular lluvia de luces y
proyecciones que envuelve al artista y a los músicos que le acompañan.
Sus canciones nos acompañan durante casi dos horas de concierto, pero cuando atendiendo a
la llamada del público Alejandro Sanz vuelve al escenario, lo hace sólo: se
sienta al piano, y nos regala un ratito de intimidad.
Después
la banda vuelve a su lado y juntos nos entregan un popurrí de canciones con el
que cerrar el concierto.
Yo
he disfrutado durante casi dos horas y media y me voy a casa con la sensación
de que Alejandro también lo ha hecho. Creo que ha disfrutado de su concierto y creo que esta disfrutando del disco que ha escrito y grabado.
Ojalá
no vuelva a desviarse de este camino pero lo bueno es que ahora, si lo hace,
estaremos esperándole porque sabemos que regresará…
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