sábado, 14 de junio de 2014

HOMELAND (temporada 3): algo tiene que cambiar...

Mogro, 13 de junio de 2.014


Han pasado cincuenta y ocho días desde el ataque terrorista perpetrado contra las instalaciones de la CIA en Langley en el que doscientos diecinueve ciudadanos americanos perdieron la vida y la reputación de la agencia está hecha trizas: ¿cómo puede proteger al país si ni siquiera puede protegerse a sí misma?


Desde entonces se han escuchado algunos rumores que afirman que el trabajo de los nuevos guionistas de la serie no está al nivel de las temporadas anteriores y otros que acusan a la CIA de haber ocultado sus propios errores en los días y semanas anteriores al ataque: La Comisión de Inteligencia del senado de los EE.UU. está investigando que es lo que pasó realmente y se plantea seriamente la posibilidad de disolver la agencia y revocar sus privilegios.



Apenas quedan altos cargos: Saul está al frente provisionalmente y ha utilizado todos los recursos de la agencia para identificar y capturar a los responsables del atentado. Las Fuerzas Especiales, en una serie de ataques coordinados en tres continentes diferentes, han eliminado a varios de los terroristas que participaron en el atentado de Langley pero el iraní Majid Javadi, subjefe de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, es la persona que financió y ordenó el ataque, y continúa en libertad.

Carrie corre diez kilómetros al día y duerme ocho horas cada noche, pero ha dejado de tomar el litio. Se siente responsable de lo que pasó: no lo vio venir y piensa que si no hubiese estado medicándose tal vez lo hubiese podido evitar.
Han ofrecido una importante recompensa a cualquiera que ayude a localizar a Nicholas Brody. Probablemente ella sea la única persona en el mundo que piensa que él no sabía que llevaba en su coche la bomba que hizo saltar por los aires las instalaciones de la CIA; por eso le ayudó a cruzar la frontera mientras ella se quedaba en los EE.UU. intentando lavar su imagen. Sin embargo nadie quiere escucharla y defenderle en público debilita su credibilidad.
Cuando Carrie entró a formar parte de la CIA sabía que estaba renunciando a parte de sus derechos y libertades. Ahora la propia agencia ha sido la que ha movido los hilos necesarios para encerrarla en un institución para enfermos mentales alegando que existe el peligro real de que trafique con información confidencial.


Los iraníes la están vigilando: creen que es una agente humillada por la CIA lo suficientemente desesperada como para vender información. Ellos fueron quienes le ayudaron a salir del hospital...
La operación está en marcha: culparle de todo delante del senado e ingresarla en un hospital psiquiátrico fue un ardid de Saul para que Majid Javadi contactase con ella, viajase a los EE.UU. y ellos pudiesen atraparle.

Nassir Hejazi es el nombre del deportista que defendió la portería del equipo iraní de fútbol durante el mundial de 1.982 y también el que Javadi utilizó para desfalcar más de cuarenta y cinco millones de dolares de la Guardia Revolucionaria, convirtiéndose en enemigo de su propio país.


Saul le conoció hace muchos años: vio como un hombre al que creía conocer se convertía en un criminal delante de sus ojos sin que él se diese cuenta y se vengó de él cuatro meses después ayudando a su mujer y a su hijo a salir de Irán.
Ahora pretende hacerle regresar a su país convertido en un agente de inteligencia contra su propio país. Si no acepta lo enviará a Teherán igualmente, pero hará pública su traición a la revolución y entonces no se enfrentará a un juicio y una pena de muerte rápida si no que primero le torturarán y es probable que después le sometan a un ahorcamiento público.
Javadi acepta: no le queda otra opción. Durante años trabajaron los dos juntos, en la sombra, esperando que llegara su momento mientras hombres mediocres ocupaban el centro del escenario. Ese momento ha llegado: ¡es éste!


Las autoridades de los EE.UU. hubieran preferido entregar a Javadi a la justicia para que se pudriese en una cárcel, pero entonces en Teherán alguién como él le hubiese reemplazado, alguién a quien no podrían controlar, y el ataque de Langley se repetiría una y otra vez. Esta operación puede transformarlo todo en Oriene Medio: él les informará de como evoluciona el desarrollo nuclear en Irán y de cuales son las operaciones de Hezbola en todo el mundo, y podrán preparar un eventual cambio de regimen posicionando a su hombre en lo alto de la cadena de mando ocupando una posición militar privilegiada.

Antes de subir al avión que habría de llevarle de vuelta a su país Javadi le confesó a Carrie que no fue Brody el que hizo explotar la bomba que arrasó el edificio de la CIA. El hombre que fabricó la bomba y la hizo explotar todavía vive y está en el país. Ella pretendía encontrarle y, de ese modo, exculpar a Brody, pero no es ése el objetivo de Saul...

Él viaja a Caracas para sacar al ex-marine del zulo en el que ha permanecido encerrado desde que abandonó el país y llevarle de vuelta a los EE.UU. Pretende que Nicholas Brody se responsabilice del atentado de Langley y después trasladarle en secreto hasta la frontera de Irán para que se entregue y pida asilo político. Tras un periodo de escrutinio le llevarán a Teherán, donde le tratarán como a un héroe de la revolución, y los miembros más antiguos del régimen, como el general Darnish Akbari, jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, querrán aprovecharse de su valor propagandístico. Entonces podrá acercarse a él y eliminarle, permitiendo a Javadi ocupar su posición y así, dos países que sólo han sido capaces de entenderse mediante acciones terroristas y amenazas, podrán sentarse a dialogar.
Pretende ofrecerle la oportunidad de ser un marine otra vez y recuperar al hombre que una vez fue, antes de que le destruyeran, pero se encuentra en muy mal estado: sólo Carrie puede convencerle...


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