Mortera, 26 de octubre de 2.010
Desde
Mortera tomamos una pista próxima al cementerio y por un camino muy cómodo,
aunque con pendientes considerables, en apenas media hora llegamos a lo alto
del monte Picota (240 m).
Allí un vértice geodésico comparte vistas con olvidados nidos para ametralladoras y trincheras de la Guerra Civil.
Después
de tomar un respiro miramos al Este y contemplamos La Virgen del Mar, la ciudad
de Santander y a lo lejos el Faro de Cabo Mayor.
Si
nos volvemos al Sur podemos distinguir Castro Valnera y toda la Sierra del Escudo que nos
separa de la extensa Castilla.
Al
oeste, a lo lejos, tenemos los Picos de Europa.
Más
cerquita la playa de la Concha
de Suances y a nuestros pies el río Pas que, meloso, acude a su cita con el
Cantábrico; las dunas de Liéncres y los pinares.
Al
norte mar; mucho mar. Y si nos concentramos y ponemos cuidado puede que, si no
hay bruma, a lo lejos veamos la costa inglesa.
Desde
La Picota , por
caminos muy marcados nos acercamos hasta el monte Tolío (237 m) y desde allí
volvemos a Mortera.
Una
excursión muy sencillita, apenas un paseo, pero treméndamente gratificante.
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