lunes, 24 de junio de 2013

PARQUE WARNER: confirmado, la ilusión se contagia

San Martín de la Vega (Madrid), 10-12 de mayo de 2.013


Debe de ser que nos portamos bien el año pasado...
En enero, sus majestades los Reyes Magos de Oriente nos invitaron a pasar un fin de semana familiar en el Parque Warner de Madrid; a nosotros nos tocaba buscarle fecha. No nos costó ponernos de acuerdo y éstos fueron los días elegidos; sólo hacía falta que las imprevisibles listas de espera de nuestra seguridad social y las caprichosas nubes de una primavera especialmente húmeda no nos lo estropeasen. Finalmente todo salió a pedir de boca: la operación de Dani no se demoró demasiado, en quirófano todo fue bien, el posoperatorio se desarrolló sin ningún contratiempo y a la hora de la verdad hasta las nubes se retiraron para permitirnos disfrutar de un espléndido fin de semana.


Maite, Gus, los peques y yo nos hemos puesto en camino el viernes después de comer (Isa y Javi trabajaban por la tarde así que les ha tocado viajar de noche) y hemos llegado a Rivas-Vaciamadrid sin ningún contratiempo. Hemos cenado algo y nos hemos retirado pronto al hotel: queríamo descansar. Los chiquitines estaban nerviosos: se agitaban inquietos y les ha costado dormirse pero finalmente han caído rendidos soñando con alguna de las aventuras que les esperan al día siguiente.

El sábado, cuando ha sonado el despertador, nadie se ha hecho el remolón. Hemos desayunado y nos hemos dirigido a San Martín de la Vega, donde en 2.002 se inauguró el Parque Warner, un parque temático que se divide en cinco áreas dedicadas al cine y relacionadas con las películas producidas por la Warner Brothers: Hoolywood Boulevard (zona comprendida en torno a la gran avenida por la que se accede al parque), Movie World Studios (inspirada en los estudios de producción de Holywood), DC Super Heroes World (el hogar de Batman y Superman), Old West Territory (inspirado en las películas del oeste) y Cartoon Village (dedicado a los Looney Tunes).



Es un poco pronto así que, mientras hacemos tiempo, el simpático Bugs Bunny nos ha ayudado a comprobar que tenemos la altura necesaria para acceder a la mayor parte de las atracciones, y a las once en punto, cuando se han abierto las puertas del parque, el equipo de baloncesto de los Looney Tunes nos ha dado la bienvenida entre juegos, risas, bailes y canciones.


Ilusionados hemos cruzado el arco que delimita la entrada al Cartoon Village y atravesado una zona ajardinada flanqueada por figuras de nuestros personajes favoritos para colarnos en la madriguera de Bugs Bunny, en el camerino del Pato Lucas y en la casa de la abuelita de Piolín.




La casita de la Abuelita

Aparcando por un rato los coches de choque, los tiovivos y los helicópteros, y siguiendo los pasos del incansable Coyete, nos hemos lanzado a una vertiginosa y desenfrenada carrera en pos del Correcaminos.

CORRECAMINOS Bip Bip

CORRECAMINOS Bip Bip

Entonces, presos del entusiasmo, sin medir las consecuencias, nos hemos lanzado a la conquista del salvaje oeste recorriendo en barca sus más peligrosos rincones dejándonos arrastrar por la corriente de 'Río Bravo', aún a costa de salir asustados además de empapados.

Río Bravo

Río Bravo

Río Bravo

Puede que nos hayamos pasado de la raya así que después de reponer fuerzas hemos optado por rebajar el nivel de adrenalina y dejar que la familia Picapiedra nos enseñe a manejar un coche en la prestigiosa escuela de conducción de Yabba Dabba Doo.


Entre casas en llamas, autobuses giratorios, cohetes espaciales y avionetas del servicio de correos del parque la tarde se nos ha escapado entre los dedos pero aún teníamos que afrontar la aventura más emocionante y peligrosa del día.


Scooby-Doo y Shaggy necesitaban nuestra ayuda para eliminar a la multitud de fantasmas que ocupan el interior de un viejo, oscuro y destartalado caserón. A bordo de nuestro misteriomovil hemos recorrido las dependencias de la terrorífica mansión disparando con nuestra linterna espectrográfica a los horripilantes fantasmas que se escondían dentro de los armarios, detrás de las cortinas, debajo de las alfombras, colgados de las lámparas e incluso dentro de las camas y sorprendéntemente hemos conseguido salir indemnes del escalofriante enfrentamiento.

La Aventura de SCOOBY-DOO

La Aventura de SCOOBY-DOO

Ya no nos quedaba tiempo para más atracciones así que dejando atrás Cartoon Village nos hemos dirigido a los Movie World Studios para colarnos en las instalacines de la Loca Academia de Policía donde, aunque el rugir de los motores y el ruido de las explosiones a asustado ha Dani, las persecuciones de coches, las acrobacias, los efectos especiales y el olor a goma quemada nos han hecho disfrutar de una experiencia trepidante.



Nuestra primera jornada en el parque estaba llegando a su fin. Algunos de los personajes más populares de la Warner nos han brindado un modesto desfile y, ya de noche, hemos recorrido el brillantemente iluminado Hoolywood Boulevard de vuelta a 'casa'.





Después de caer rendidos a la cama y de dormir plácidamente y de un tirón toda la noche, el domingo hemos repetido el ritual del día anterior: desayuno en el hotel y traslado al parque.
Aún nos quedaban sorpresas por descubrir y tras un reposado paseo en coche por las cálidas tierras del sur de California y el corazón de Hollywood nos hemos lanzado de lleno y sin chubasquero a una de las más divertidas aventuras del fin de semana.
Junto a los simpáticos personajes de Hanna-Barbera nos hemos adentrado navegando a borde de una gran barcaza en el Parque Jellystone haciendo lo imposible por esquivar las fuentes que nos salpicaban desde todos lados mientras un puñado de desalmados nos disparaban con pistolas de agua.




Lo cierto es que no se puede decir que nos haya importado demasiado bajar de la canoa calados hasta los huesos y algunos hemos optado por dar otro viaje antes de secarnos como buenamente hemos podido y regresar al Cartoon Village.
Hemos comido algo, disfrutado de nuestra pequeña lanzadera y, antes de decirnos adiós definitivamente, los Looney Tunes han compartido con nosotros su particular versión del cuento de Caperucita Roja.

Caperucita roja

Apenas hemos podido pasear por las calles de Gothan y Metropolis pero eso es algo que dejaremos para nuestra próxima visita al Parque Warner; es hora de volver a casa.

Confieso que antes de viajar a Madrid tenía dudas: me preguntaba si Sus Reales Majestades de Oriente no se habrían precipitado y si los 'renacuajos' no serían demasiado pequeños para saborear todas las emociones que encierra un parque de atracciones.
Ahora se que Melchor, Gaspar y Baltasar sabían bien lo que se hacían: todos hemos disfrutado de un par de días mágicos y a mi no me queda más remedio que darles las gracias a los Reyes Magos por servirme de coartada, a mis sobrinos por contagiarme su ilusión y a su padres por permitirme compartir con ellos momentos únicos como estos.
Falta mucho tiempo todavía para que llegue la próxima Noche de Reyes pero hasta entonces intentaremos ser buenos y portarnos bien, y en diciembre no olvidaremos escribir nuestra carta a los Reyes: ya veremos lo que pasa entonces...






2 comentarios:

  1. Como siempre un placer

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  2. Yo creo q S.S.M.M. nos sobrevaloran.... Q bien lo pasamos!!!! Un besazo!!!

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