viernes, 6 de septiembre de 2013

REFUGIO DEL TORNILLO: un 'clásico' de mi juventud

Las Fraguas, 24 de agosto de 2.013


Son las dos de la mañana. Hace rato que los peques descansan en sus camas pero yo no consigo dormir: ¡hoy lo hemos pasado bien!

Esta mañana el cielo estaba gris pero no nos hemos amedrentado y, cambiando el viaje en tren por un paseo en coche, nos hemos desplazado hasta Las Fraguas para rememorar uno de los 'clásicos' de mi juventud.
Desde allí nos hemos dirigido a Los Llares, ahorrándonos cinco kilómetros de paseo, para adentrarnos en el Parque Natural Saja-Besaya cómodamente sentados en nuestro Focus, en vez de hacerlo caminando, como cuando la tropa del Huayna se dejaba caer por estos lares.

Nos hemos detenido en nuestro pequeño 'campo de golf' -hoy convertido en desproporcionado merendero- y sin necesidad de recurrir a ningún tipo de atajo, disfrutando del paisaje y dejando atrás unos ocho kilómetros de exigente subida hemos llegado a la Braña de Brenes (756 m).



Allí, respetando las señales y velando por la conservación del Parque -no como otros-, hemos dejado el coche y debidamente equipados hemos empezado a caminar por una cómoda pista y, justo cuando más llovía, hemos llegado al Refugio del Tornillo: un pequeño y austero y edificio de piedra en el que hace años acumulé más aventuras que desventuras.



Por suerte está vacío y limpio.
Entramos.
Nos quitamos los chubasqueros, buscamos acomodo y sacamos nuestra tortilla de patata, pero antes nos asomamos al incómodo cabrete en el que pasé más de una noche.
A los peques les encanta: tal vez el verano que viene podamos venir a dormir aquí. Buscan en el techo y entre muchos otros nombres encuentran uno que podría ser el mío: "CHISCO. ¿Lo escribiste tú?". Puede que sí...
Buscamos un palo tiznado entre los restos de la hoguera encendida por el último excursionista y un trozo de pared para dejar constancia de que nosotros también estuvimos aquí.

Seguía lloviendo y la niebla era cada vez más espesa. Recogimos y enfrentándonos a vacas y caballos volvimos sobre nuestros pasos.
En Las Fraguas tomamos un cafetín para entrar en calor y merendamos. Queríamos ver 'La Casa de los Fantasmas' pero la lluvia nos lo impidió: otra vez será...

Sigo sin poder dormir.
Enciendo el disco duro y le doy al 'play'. La silueta de una im
presionante casa se dibuja entre la niebla; en la pantalla un subtítulo la sitúa en la Isla de Jersey, en el Canal de la Mancha, pero yo se que es mentira...


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