lunes, 10 de marzo de 2014

CRÓNICAS DE LA DRAGONLANCE: un viaje al pasado

Mogro, 25 de febrero de 2.014


Hace unas semanas repasaba junto a una muy buena amiga algunos episodios de mi adolescencia...
Corría el verano de 1.990 cuando todas las tardes me convertía en Caramon, un robusto guerrero, bruto, bondadoso y noble, juntó al que viví apasionantes aventuras extraídas de las Crónicas de la Dragonlance y convertidas en un improvisado juego de rol. No estaba sólo...


Raistlin era mi hermano, y juntos habíamos viajado hasta las legendarias Torres de la Hechicería donde él sacrificó su salud a cambio de poder. Fue el más joven en superar la Prueba y se convirtió en un mago neutral, inteligente, poderoso, misterioso y cínico al que incluso los miembros de nuestra peculiar compañía temían, pero su cuerpo se debilitó y sus ojos se transformaron en dos relojes de arena que, desde entonces, una y otra vez le muestran como el tiempo afecta a las cosas recordándole su propia mortalidad: sólo ve como la carne humana se marchita y muere ante él, como las flores se abren sólo para morir o como los árboles se desprenden de hojas que nunca volverán a recuperar; desde entonces lo que el ve es siempre invierno y noche...

Tanis era el lider del grupo, un semielfo que fue el fruto de la violación perpetrada por un despreciable guerrero... Durante mucho tiempo renegó de su parte humana pero entonces lucía orgulloso una barba que ponía de manifiesto lo que realmente era. Posee las características esenciales para dirigir un colectivo: es rápido de pensamiento, inteligente y creativo pero, además, escucha sus sentimientos, sin contenerlos ni ocultarlos. Sabe que, a veces, el jefe de un grupo debe pensar con el corazón y no con la cabeza.

Los kenders son pequeños porque están destinados a hacer pequeñas cosas pero no olvidemos que todas las grandes cosas de este mundo son la unión de muchas pequeñas cosas. Tasslehoff era uno de ellos: jovial, divertido y aventurero.

Sturm era un honorable Caballero de Solamnia. Una espada de doble puño y su vaina eran la única herencia que había recibido de su padre, que había desaparecido tras enviar a su esposa y a su hijo pequeño al exilio. Los rasgos de su rostro reflejaban orgullo, nobleza y disciplina y la pena estaba instalada en su mirada.

Flint es un enano de las colinas. Es testarudo, gruñón y cascarrabias pero también valiente, bondadoso y noble y en muchas ocasiones, su brabuconería, esconde su lado más tierno y cariñoso.

Ha pasado casi un cuarto de siglo pero a todos ellos, y a algunos compañeros más que se unieron a nosotros durante las apasionantes aventuras que compartimos, aún soy capaz de ponerles cara.



"Dragonlance" es una serie de novelas fantásticas escritas la mayor parte de las veces por Margaret Weis y Tracy Hickman e inspiradas en el primer juego de rol de la historia, "Dungeos & Dragons", publicado en 1.974 y en el que se basaba también la popular serie de dibujos animados "Dragones y mazmorras".
Entonces leí muchas de aquellas novelas y ahora, gracias a mi amiga, he podido releer la trilogía original: "Crónicas de la Dragonlance".




La noche del Cataclismo fue una noche de terror: la montaña de fuego asoló Krynn, la tierra se resquebrajó y los humanos se alejaron de los antiguos Dioses.

Más de trescientos años después, los protagonistas de nuestras crónicas solían viajar juntos para ver el mundo y conocerse a ellos mismos, pero cuando las rutas empezaron a volverse peligrosas los siete amigos acordaron separarse con el fin de buscar evidencias de la existencia de los antiguos Dioses y reencontrarse cinco años después en la posada 'El último hogar'.
Sólo Kitiara, hermana de Raistlin y Caramon, ha faltado a la reunión, pero las cosas en casa no están mejor de como ellos las dejaron.
Dos constelaciones han desaparecido: la diosa Takhisis, la Reina de la Oscuridad, ha regresado a Krynn y sus huestes de dragones lo han hecho con ella, pero el Guerrero -el viejo dios Paladine-, y su compañera, la diosa Mishakal, también han vuelto para combatirle.
El amor y la fe de dos humanos ha devuelto al mundo la esperanza. Aún hay mucho que caminar sumidos en la oscuridad antes de que el sol luzca de nuevo pero su amor será como una antorcha que ilumine el camino, un camino que nuestros protagonistas recorrerán mirando siempre hacia delante, honrando el pasado y extrayendo de él lo bueno y lo malo, que les ha hecho ser como son, pero sin permitir nunca que rija sus actos.

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