JUEGO DE TRONOS (XII): Siete Reinos unidos por el temor a Tywin Lannister

Mogro, 30 de junio de 2.013

Lord Tywin sabe que, después de los Lannister y los Stark, los Tyrell comandan las huestes más numerosas de Poniente y sus tierras son las más fértiles de los Siete Reinos. Loras culpa a Stannis de la muerte de Renly y clama venganza y su hermana Margaery quiere ser reina...

La casa Tyrell se levantó contra el rey Joffrey y su traición deberá ser castigada algún día, cuando Stannis Baratheon y Robb Stark hayan sido vencidos, pero hasta entonces él sabe que pueden convertirse en sus mejores aliados.

Los hombres de Tyrion contuvieron el ataque de Stannis. Él cayó gravemente herido pero las huestes de su padre y de la Casa Tyrell llegaron justo a tiempo para derrotar al ejército del Hijo del Fuego.

Joffrey Baratheon, el primero de su nombre, legítimo Rey de los ándalos y los primeros hombres, Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino, proclama a su abuelo, Tywin Lannister, Salvador de la Ciudad y Mano del Rey, y a lord Petyr Baelish (Aidan Gillen), consejero real, por sus buenos servicios y su inventiva al unir las casas de los Lannister y los Tyrell, le entrega el castillo de Harrenhall con todas sus tierras y rentas subordinadas para que lo posean sus hijos y nietos hasta el fin de los tiempos.

A ser Loras Tyrell, como muestra de agradecimiento por la ayuda prestada por su casa al reino, le ofrece lo que pida: "Lady Margaery ha llegado a amarle desde la distancia y en su corazón han arraigado profundamente las historias sobre su valor y su sabiduría. Su marido le fue arrebatado y conserva su inocencia. Sería un gran honor para los Tyrell unir sus casas."

Los Dioses consideran solemne el compromiso de Joffrey con lady Sansa pero su padre lo selló antes de que los Stark revelaran su traición. Sus crímenes contra el reino le liberan de cualquier promesa que les hiciera.

Amparándose en el beneplácito de los Dioses el Rey desprecia a la joven lobezna y sella su compromiso con los Tyrell: Margaery será su Reina y la amará hasta su último día.

Tyrion se recupera de las heridas que recibió en el campo de batalla. Su padre le acusa de haber pasado el tiempo fornicando con putas y bebiendo con ladrones en lugar de aconsejar al rey y aprovechar el poder y la autoridad que él le concedió, pero lo cierto es que organizó la defensa de Desembarco del Rey mientras Tywin tenía su corte en las ruinas de Harrenhal y comandó la defensa cuando el enemigo estaba a las puertas mientras su sobrino, el rey, temblaba de miedo tras las murallas.

Ahora espera cierta gratitud y quiere aquello que es suyo por derecho. Su hermano Jaime es el primogénito y, como tal, el legítimo heredero de las tierras y títulos de su padre, pero como miembro de la guardia real tiene prohibido contraer matrimonio o heredar, lo que le convierte a él en su sucesor.
Cuando llegue el momento, ocupará una posición digna de su talento para que sirva a su familia y proteja su legado, pero nunca poseerá Roca Casterly.

"¡No lo mereces! Eres un ser deforme capaz de matar a tu propia madre para venir al mundo... Las leyes de los hombres te dan derecho a llevar mi apellido y lucir mis colores, ya que no puedo probar que no seas mi hijo, pero nadie podrá obligarme nunca a permitir que conviertas Roca Casterly en un lupanar..."