miércoles, 14 de octubre de 2015

EL BIERZO (II) - PONFERRADA: territorio templario

Ponferrada, 12 de septiembre de 2.015


...volvemos a Ponferrada.
La capital de la comarca de El Bierzo es la segunda ciudad en importancia de la provincia de León. En el año 1.082 el obispo Osmundo de Astorga ordenó la construcción de un puente reforzado con hierro para facilitar a los peregrinos del Camino de Santiago el paso sobre el río Sil, lo que dio nombre a la población que posteriormente creció en sus alrededores.

Nos registramos en el hotel y salimos a ver el Castillo Templario de Ponferrada antes de que caiga la noche y cierren sus puertas.


La fortaleza se alza sobre una colina, junto a la confluencia de los ríos Boeza y Sil, sobre los restos de un antiguo castro celta que posteriormente fue ocupado por romanos y visigodos.
Cuando en 1.178 el rey Fernando II de León permitió a la Orden del Temple establecer una encomienda en la actual Ponferrada los monjes guerreros ampliaron y mejoraron la primitiva cerca hecha de cantos y barro sustituyéndola por un muro de cal y canto.
En 1.308, durante el reinado de Fernando IV, antes de que se produjese la disolución de la orden, Rodrigo Yáñez, maestro castellano del Temple, entregó la villa a la corona y en 1.340 Alfonos XI donó Ponferrada a Pedro Fernández de Castro, su mayordomo mayor, quien comenzó la construcción del Castillo Viejo.
Ponferrada y su castillo continuaron en poder de la rama gallega de los Castro hasta 1.374 y a partir de entonces permaneció en manos de diversos miembros de la familia real. En 1.440 pasaron a manos de don Pedro Álvarez de Osorio, primer conde de Lemos y esposo de doña Beatriz Enríquez de Castilla -hermana de Fadrique Enríquez de Castilla, duque de Arjona-, quien llevó a cabo grandes obras en el castillo, fortificando el recinto amurallado y acometiendo la construcción de un gran palacio renacentista denominado Castillo Nuevo.
Tras varias disputas entre sus herederos, los Reyes Católicos adjudicaron la villa a Juana Osorio -hija habida de su segundo matrimonio con María Bazán-, a quien concedieron también el marquesado de Villafranca. Pero Rodrigo Enríquez Osorio -nieto bastardo y segundo conde de Lemos-, no acató la resolución y tras poner cerco a la fortaleza se apoderó de ella en 1.485, iniciando una peligrosa rebelión contra los reyes.
La Corona emprendió una campaña encabezada por el Almirante de Castilla contra las plazas y lugares de El Bierzo que apoyaban al rebelde y el asedio a una fortaleza que fue tomada por la fuerza durante el verano de 1.486. Previamente los reyes habían comprado los derechos sobre la villa de Ponferrada a su legítima heredera y tras la conquista iniciaron importantes obras de reparación y refuerzo de sus murallas.
Desde entonces el castillo fue gobernado por un corregidor en nombre de la Corona pero en 1.850 comenzó un periodo de fuerte declive durante el cual el Ayuntamiento de Ponferrada utilizó las piedras de sus muros para construir unas cuadras públicas y un mercado adosado a sus murallas, arrendó el interior como zona de pastos e inclusó llegó a permitir su explanación para ser utilizado como campo de fútbol.
Afortunadamente en 1.924 fue declarado Monumento Nacional poniendo fin así a su deterioro e inciándose su recuperación.


Cruzamos lo que queda del foso que envolvía al castillo y accedemos a su interior cruzando una intimidadora portada de mampostería formada por un amplio arco de medio punto flanqueado por dos recias torres.

Tras ella se alzaban las puertas de acceso a un intrincado recinto defensivo, una pequeña ratonera custodiada por varias torres desde la que se pasa al amplio patio de armas.



Nos desplazamos hasta el extremo occidental del recinto y visitamos el interior de la Torre de Moclín, de planta hexagonal irregular, utilizada en la actualidad centro de recepción de visitantes y en cuyo sótano es posible contemplar algunos vestigios de la antigua muralla templaria.

Recorremos el paseo de ronda situado sobre el lienzo sur de la muralla y pasamos junto a las torres que custodian el acceso al castillo (Torre de Caracoles y Torre de Cabrera).
Desde el lienzo oriental de la muralla cotemplamos algunos de los edificios más significativos de Ponferrada como la Iglesia de San Estebán, la Basílica de la Encina o la Casa de los Escudos (sede del Museo de la Radio). Junto a nosotros se alza el remozado Castillo Nuevo y recorriendo el paseo de ronda llegamos a las torres de Malvecino y Malpica.


Abandonamos las muralas y nos desplazamos hasta el extremo norte del patio de armas donde se alzan los románticos restos del denominado Castillo Viejo.
Recorremos la ronda del Sil, situada sobre el lienzo oriental de la muralla, menos protegida que otras zonas del castillo por estar dispuesta junto al río, desde donde éste difícilmente podía ser atacado. Bajo nosotros se despliega una ronda secundaria destinada a defender el pasadizo subterráneo que comunicaba con un aljibe situado en una torre albarrana junto al Sil.


Antes de abandonar el castillo visitamos la exposición Templum Limbri, ubicada en el interior de las dependencias del Palacio Nuevo, que alberga una importante biblioteca templara y una interesante colección de facsímiles de manuscritos y códices iluminados, copiados y miniados en los principales talleres europeos.


Cae la noche. Tomamos unas cañitas y cenamos unos pinchos. Aprovechamos para dar un paseo por el casco histórico de la ciudad y llegamos a la Plaza de la Virgen de la Encina donde, junto a la basílica, nos topamos con una estatua de Venancio Blanco inaugurada en 2.003 que hace alusión al modo en que se produjo el descubrimiento de la imagen de la patrona de El Bierzo.

En torno al año 1.200, durante la construcción de la fortaleza, un caballero templario descubrió en el hueco de una vieja encina una imagen de la Virgen que allí había sido ocultada siglos atrás ante el temor del avance sarraceno. 


Hemos exprimido el día y mañana seguiremos explorando la comarca de El Bierzo así que volvemos al hotel y nos vamos a dormir. ¡Mañana más!

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