sábado, 12 de agosto de 2017

CAMINO LEBANIEGO: un paseo por el bosque (I)

Potes, 28-30 de julio de 2.017


Todo empezó hace un par de meses. Llegamos a casa y nos sentamos en el sofá para ver “Un paseo por el bosque”, una película dirigida por Ken Kwapis en 2.015 y protagonizada por Robert Redford, Emma Thompson y Nick Nolte.


Bill Bryson (Robert Redford) es un escritor estadounidense que ha publicado infinidad de libros de viajes sobre Europa y Australia. Tiene todo lo que puede desear, pero no siente la necesidad de bajar el ritmo. Su vida es casi perfecta, pero predecible. Ansía volver a sus raíces, explorar la naturaleza y aprender cosas del mundo en el que vive. Pretende recorrer los 3.408 kilómetros del Sendero de los Apalaches, una ruta señalizada de largo recorrido situada en el este de EE.UU. que se extiende desde Springer Mountain, en el estado de Georgia, hasta el monte Katahdin, en Maine. Dos mil personas lo intentan cada año, pero solo el diez por ciento lo consiguen…


Cuando verbalizó sus intenciones muchos pensaron que estaba loco. Su mujer (Emma Thompson), sin embargo, no le planteó demasiados inconvenientes y la única condición que le puso fue que no hiciera el viaje solo. No le ha resultado fácil encontrar alguien que quisiera acompañarle. Solo Stephen Katz (Nick Nolte) parece dispuesto a hacerlo. No se llevan demasiado bien, tiene un problema con la bebida y no está en forma, pero no hay nadie más que quiera acompañarle.


Al terminar de ver la película me pregunté a mí mismo: ¿y por qué no…? Lo que pasaba por mi mente en aquellos momentos no era la posibilidad de conocer el Sendero de los Apalaches, sino de recorrer el Camino Lebaniego, y por suerte tampoco a mí me pusieron inconvenientes…

Durante siglos, miles de peregrinos han hecho un paréntesis en el Camino de Santiago para adentrarse en la comarca de Liébana y venerar la reliquia del Lignum Crucis.


En torno al año 440, con el beneplácito del papa León I, Toribio de Astorga -sacristán mayor de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén-, trasladó hasta Astorga un trozo de la cruz de Cristo. Posteriormente, en el siglo XII, con el fin de evitar que la santa reliquia cayera en manos de los musulmanes, esta fue trasladada al Monasterio de San Martín de Turieno, fundado en Liébana durante el siglo VI por Toribio de Palencia, A partir de ese momento el monasterio se convirtió en un importante foco de peregrinación y no tardó mucho tiempo en ser rebautizado como Monasterio de Santo Toribio.


Durante el Renacimiento el papa Julio II estableció el Año Jubilar Lebaniego, privilegio que fue ratificado al año siguiente por León X: cada vez que la festividad de Santo Toribio (16 de abril) coincide en domingo se celebra el Año Santo y se abre la Puerta del Perdón para que los peregrinos puedan traspasarla y así ganar el jubileo y obtener la indulgencia plenaria.


A partir de ese momento comenzaron a llegar a la comarca cristianos procedentes de todo el mundo que consolidaron una importante red de caminos que permitía a los peregrinos acercarse al monasterio, venerar la cruz de Cristo y obtener el perdón de sus pecados.


Después de ver la película protagonizada por Robert Redford estaba decidido a recorrer el Camino Lebaniego. Pensaba que esta vez las obligaciones familiares impedirían a mi habitual compañero de correrías por el monte venir conmigo, pero me equivocaba... Se apuntó sin dudarlo y lo único que tuvimos que hacer fue buscar una fecha que nos encajase a los dos. No fue fácil cuadrar nuestras agendas, pero por fin lo hemos conseguido: ¡¡¡vamos allá!!!


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