miércoles, 8 de mayo de 2013

LA REVOLUCIÓN INTERIOR: microteatro e historia fundidos en el ayuntamiento de Camargo

Muriedas, 1 de mayo de 2.013


Por segundo año consecutivo el Ayuntamiento de Camargo organiza una fiesta para conmemorar el levantamiento popular del 2 de mayo que dio origen a la Guerra de la Independencia y el papel fundamental que aquel día jugó uno de sus vecinos más ilustres, el capitán de artillería formado en el Real Colegio de Artillería de Segovia Pedro Velarde Santillán (Muriedas, 19 de octubre de 1.979 - Madrid, 2 de mayo de 1.808).



La firma del Tratado de Fontaineblau el 27 de octubre de 1.807 permitió el paso de tropas francesas por el territorio español con el fin de invadir Portugal, favoreciendo la posterior invasión francesa de la Península Ibérica.
El 23 de marzo de 1.808 Madrid había sido ocupado por las tropas francesas del general Murat y al día siguiente se produjo la entrada triunfal de Fernando VII junto a su padre, Carlos IV, que tras el motín de Aranjuez acaecido el 17 de marzo, había abdicado a su favor.
Unos diás después, ambos viajaron a Bayona para reunirse con Napoleón Bonaparte y renunciar a la corona de España en favor de éste, quien a su vez la cedería a su hermano José Bonaparte: son las Abdicaciones de Bayona. 
El 27 de abril Murat solicitó el traslado a Bayona de los dos hijos de Carlos IV que quedaban en Madrid, María Luisa de Borbón, reina de Etruria, y el infante Francisco de Paula.
En principio la Junta de Gobierno constituida en Madrid se negó a dicho traslado pero la noche del 1 al 2 de mayo, tras recibir instrucciones de Fernando VII, cedió al mismo.
La mañana del 2 de mayo el pueblo se agolpaba a las puertas del Palacio Real y al ver como las tropas francesas trataban de llevarse al joven infante asaltó el palacio
El General Murat ordenó a sus tropas disparar contra la multitud propiciando un levantamiento popular espontáneo frente al que la inmensa mayoría de los militares españoles permanecía impasible.
Pedro Velarde, al mando de una compañía formada por treinta y tres  hombres y dos oficiales, consiguió la rendición del destacamento francés que guardaba el Parque de Artillería de Monteleón 'liberando' al capitán Luis Daoíz y a sus oficiales.
Daoíz y Velarde optaron entonces por proveer de armas al pueblo y organizar la defensa del cuartel frente a las tropas francesas. Ambos murieron en el intento pero le pusieron nombre propio a los héroes anónimos de un levantamiento popular que dio lugar a una guerra que duró seis años y que trajo consigo la restauración de la corona, la expulsión de los franceses y la firma de la primera constitución promulgada en España.


"Es preciso batirnos; es preciso morir.
Vamos a batirnos con los franceses."




Incluido en el programa de actividades correspondiente a la Fiesta-Homenaje organizada por el Ayuntamiento de Camargo, el equipo de Edy Asenjo en Compañía, con la colaboración del camargués Fernando Rebanal, nos han propuesto una interesante revolución interior.




Los rincones del Palacio de los Marqueses de Villapuente, convertido en ayuntamiento de Camargo, se han transformado en improvisados escenarios ocupados por los protagonistas de nuestra historia.


En la escalera se improvisa un pequeño taller en el que la costurera de la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos VI, madre de Fernando VII y amante de Godoy, le viste al tiempo que desnuda sus vergüenzas.




El hall del consistorio se convierte en los pasillos de la vivienda de la duquesa, donde ajenas a las confabulaciones de los 'grandes' de España una moza y su hija urden un ardiz para acabar con los franceses.



La sala de juntas se trasnforma en el estudio en el que Francisco de Goya y Lucientes pinta a una graciosa modelo tratando de escapar de los horrores de una guerra que le atormenta.




El salón de plenos se convierte en el despacho en el que Bonaparte, derrotado e impotente, recibe las misivas que confirman que los franceses, tarde o temprano, serán expulsados del territorio español.


Mariu Ruiz, Consuelo Carravilla, Juan Carlos Álvarez, Fernando Rebanal, Edy Asenjo, sus alumnos y todos los que hicieron posible esta aventura nos permitieron vivir el teatro desde dentro fundiéndolo con nuestra propia historia.

El futuro está en nuestras manos. Afrontemos una revolcuión interior y comámonos el mundo. ¡Que nadie nos pare!

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