lunes, 23 de junio de 2014

MARWAN: sí, pero no...

Santander, 21 de junio de 2.014


En ocasiones la música es una excusa...
El concierto de Marwan ha sido la coartada perfecta para pasar el fin de semana con gente a la que quiero y compartir con ellos amigos especiales, cubos de cerveza, alguna copa, bailes, risas, sol, playa y poesía.

Hoy Marwan ha vuelto a El Café de las Artes para presentarnos su último trabajo: "Apuntes sobre mi paso por el invierno", un ramillete de poemas que él convierte en canciones.


Me ha gustado encontrarme la sala llena: se lo merece él y se lo merecen los chicos del teatro. El madrileño es un tipo solidario que nunca viaja sólo y hoy he tenido la suerte de que haya querido compartir su público con un par de tipos cuyo directo tenía muchas ganas de conocer.

El canario Diego Ojeda ha sido el primero en aparecer sobre el escenario. Nos ha recibido a puerta gayola: a pecho descubierto y con un poema en los labios. Ha cantado un par de temas que me han dejado con ganas de más pero antes nos ha recitado los versos que dan título a su poemario, "Mi chica revolucionaria".


Fran Fernández se ha hecho esperar un poco más. Su aparición estaba prevista, pero puede que una cuerda traicionera haya alterado los tiempos. ¡Que más da...!
Mientras Marwan se retiraba al camerino para restañar las heridas de su guitarra el granadino, al que me quedé con ganas de ver en sus anteriores visitas a Santander, conquistaba el escenario con sus canciones. Espero que los responsables de El Café de las Artes hayan guardado su número de teléfono porque a este tipo le quiero volver a ver...


El concierto de Marwan no empezó bien. 
Cuando Diego Ojeda se retiró, él subió al escenario convertido en un potro desbocado que ocultaba la sensibilidad de sus canciones detrás de una fuerza impostada y desmedida.
Su guitarra fue la que le salvó: cansada de tantos excesos, se quebró. Una de sus cuerdas gritó "¡basta ya!" y saltó por los aires. Ambos se retiraron para resolver sus discrepancias mientras Fran Fernández ocupaba su lugar y recolectaba los aplausos que a ellos les estaban faltando.


Por suerte el madrileño regresó a la pista con otro talante, brindándoles a sus canciones parte de la pausa que ellas necesitan para que puedan brillar la forma y el fondo que él les regala cuando compone.
Sus temas son más fiables que su directo y cuando se disfraza de psicólogo me gusta más que cuando lo hace de bufón. La letra de sus canciones es el paracaídas al que me aferro para encontrarme después de perderme, recuperar el equilibrio y llegar a buen puerto.


Para veros junto a mí, os dejaré ser parte del viento...

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