Cabezón de la Sal, 30 de octubre de 2.014
Puesta a punto y paseín hasta San Vicente de la Barquera para disfrutar de los últimos coletazos de un verano que se hace el remolón y se resiste a cederle su sitio a un otoño que ya llega tarde.
Comemos en 'El Gerra', sobre la playa de Oyambre, y tomamos un cafetín en el 'Miramar', frente al 'tostadero' de San Vicente, antes de desplazarnos hasta Cabezón de la Sal para descubrir un sorprendente paraje que hace tiempo que tenía ganas de conocer: el Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón.
La secuoya es un árbol de hoja perenne originario de las zonas húmedas de California de gran altura y rápido crecimiento en sus primeros años de vida, con un tronco robusto y recto cubierto por una corteza fibrosa de color rojizo.
Comemos en 'El Gerra', sobre la playa de Oyambre, y tomamos un cafetín en el 'Miramar', frente al 'tostadero' de San Vicente, antes de desplazarnos hasta Cabezón de la Sal para descubrir un sorprendente paraje que hace tiempo que tenía ganas de conocer: el Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón.
El Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón es un Espacio Natural Protegido declarado Monumento Natural en 2.003 situado en las proximidades de Cabezón de la Sal, junto a la carretera que une esta localidad con Comillas.
Unos ochocientos cincuenta ejemplares de este árbol distribuidos a lo largo de una superficie aproximada de 2,5 hectáreas constituyen el singular batallón procedente del Nuevo Mundo que sobrevive a la plantación experimental llevada a cabo en los años cuarenta.
Unos ochocientos cincuenta ejemplares de este árbol distribuidos a lo largo de una superficie aproximada de 2,5 hectáreas constituyen el singular batallón procedente del Nuevo Mundo que sobrevive a la plantación experimental llevada a cabo en los años cuarenta.
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