lunes, 24 de febrero de 2020

EL SOLDADITO DE PLOMO: un clásico sin palabras

Santander, 8 de febrero de 2.020


Tomando como punto de partida el tradicional cuento de Christian Andersen: “El soldadito de plomo”, el ilustrador suizo Jörg Müller compone un precioso álbum, aunque su historia comienza en nuestra época y en ella la preciosa bailarina, en lugar de quedarse en casa, acompaña al soldado en su viaje.


La vertiginosa odisea de los dos protagonistas nos lleva, desde la habitación de los niños…




  
  
…hasta las cloacas de la gran ciudad.



 


 



Y después, por mar, en el vientre de un gran pez, hasta África…

 

 


…finalizando, allí, donde menos lo esperan ellos y donde menos lo esperamos nosotros.

 


Lejos de ser devueltos a su casa, dan con sus huesos en un hediondo vertedero, donde una buena mujer los recoge para entregárselos a su hijo…


 


Al pequeño no le importa que al soldadito le falte una pierna o que la muñeca esté un poco despeinada. No tiene muchos juguetes, pero desborda imaginación: ¡algo hará con ellos!

 

El poderoso ‘hombre blanco’, fascinado por la capacidad del pequeño para jugar con sus despojos, no resiste la tentación de arrebatarle lo que ya es suyo, entregándole, a cambio -eso sí-, un poco de parné…

 

Regresa a casa sin cargo de conciencia, con el ‘soubenir’ en la maleta, convencido de haber ayudado al pobre ‘negrito’ necesitado.

     


Ajenos a todo lo que les rodea, el soldadito y su muñeca viven su particular luna de miel y cierran el círculo convertidos en preciados objetos de museo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario