Bilbao, 6 de octubre de 2.011
Mi entrada reza “teatro Arriaga-paraiso lateral–columnas” lo que en la práctica se traduce como “teatro Arriaga–cuarto anfiteatro”.
A lo lejos vemos, allá abajo, al fondo del escenario, dos focos escondidos tras dos biombos y varios farolillos repartidos sobre las tres alfombras que cubren el “tablao”.
Se apagan las luces y Carlos Goñi aparece en el escenario; lo hace despacio, sin prisa.
Mientras comparte con nosotros la emoción que siente al volver a un teatro tan bonito se acomoda sobre una banqueta, junto a una mesita donde le espera su colección de armónicas.
Noche de sensaciones encotradas.
Desde hace tiempo adoro al músico pero siento cierta aversión injustificada por un personaje de apariencia prepotente y soberbia al que, aunque las letras de sus canciones digan lo contrario, no me cuesta imaginar vestido de patrullero nocturno con sus “ray-ban” puestas.
Coge la guitarra y empieza a tocar.
El madrileño, valenciano de adopción, nos brinda un concierto acústico en el que, sólo a ratos, le acompañan dos músicos con los que ha compartido ya muchas veladas y con los que la complicidad es evidente: Julián Nemesio en la percusión y, sobre todo, Jesús Pérez al acordeón.

Hace un par de años tuve la oportunidad de ver a Revólver en un concierto eléctrico en la plaza de toros de Castro Urdiales, durante las fiestas del Coso Blanco.
Puede que hoy las canciones estuviesen un poco más encorsetadas que entonces y les faltase algo de espontaneidad pero ha sido un concierto elegante, medido, realmente bonito, que me ha ayudado a dejar atrás mis prejuicios y ver al personaje con otros ojos.
Antes de cantar “Faro de Lisboa”, al presentar la canción, Carlos Goñi ha inisistido en que él no pretende morirse sobre un escenario; me lo creo, pero dudo mucho que pueda hacerlo lejos de sus guitarras y armónicas porque es obvio que la música también fluye por sus venas.
De todos modos en un par de días va a cumplir sólo cincuenta años así que aún le queda mucho rock que compartir con nosotros.
¡Feliz cumpleaños, Carlos!
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