domingo, 27 de mayo de 2012

CASTILLO DE LOS MENDOZA: en mayo el palacio-fortaleza viste sus mejores galas


Manzanares el Real, 19 de mayo de 2.012

Torrelodones es una localidad madrileña situada junto a la carretera de La Coruña en la que yo me siento como en casa.

El tiempo pasa muy deprisa y cuando echo la vista atrás descubro que hace ya ocho años desde que Paloma y Juanjo me abrieron la puerta de su casa por primera vez.
Desde entonces han sido muchas las visitas en las que hemos compartido piscina, sol, jardín, chimenea, cafés, cervezitas, alguna copa y sobre todo, muchas horas de conversación y risas, convirtiendo su hogar en un rincón en el que siempre me he sentido cómodo.
Gracias, amigos.

Este fin de semana, confiando en la llegada del buen tiempo, volví a visitarles, y aunque mayo haya sido traicionero, volví a disfrutar.

En esta ocasión aprovechamos para visitar el Castillo de Los Mendoza, situado en Manzanares el Real, a los pies de La Pedriza, en la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama, y junto al embalse de Santillana; un lugar ideal para perderse.

El Castillo de los Mendoza iluminacion

Se trata de un palacio-fortaleza mandado construir en 1.475 por D. Diego Hurtado de Mendoza y Figueroa (1.417-1.479), segundo Marqués de Santillana y primer Duque del Infantado.

Es un edficio construido con piedra de granito, procedente en gran parte de los muros del castillo viejo de Manzanares el Real del que apenas se conservan los cimientos, de planta cuadrada con torres cilíndricas en sus esquinas salvo en la situada en el sureste, donde se levanta la torre del homenaje, de forma hexagonal, todas ellas decoradas con bolas características del estilo gótico isabelino propio de la corona de Castilla.


Adosado en el lado este se dispone un cuerpo secundario de forma rectangular actualmente en estado ruinoso pero en el que aún se distingue el ábside de la ermita románico-mudejar sobre el que se levantó el edificio.

Éste dispone de un patio porticado y de dos hermosas galerías, y está rematado por una terraza con matacanes y almenas desde donde se puede admirar el hermoso paraje en el que se encuentra situado el castillo.



En la Pared del CastilloLa fortaleza está circundada por una barbacana que le confiere mayor empaque, con saeteras y troneras con el símbolo de la Cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén esculpido en memoria de D. Pedro González de Mendoza, consejero de los Reyes Católicos, cardenal de España y hermano de  D. Diego.

El castillo únicamente se utilizó como residencia palaciega hasta 1.566.
Con la muerte entonces de D. Iñigo López de Mendoza y Pimentel, cuarto Duque del Infantado, surgieron las primeras disputas entre los herederos y problemas económicos que condujeron a su deterioro.

En los años sesenta y setenta el edificio fue sometido a importantes obras de restauración promovidas por la diputación provincial y en la actualidad, aunque sigue siendo propiedad del Ducado del Infantado, su administración y uso corresponden a la Comunidad de Madrid.


El interior del castillo alberga salas de exposiciones, paneles intereactivos y colecciones de tapices, armaduras y mobiliarios de la época, que con Diego y Lucia correteando a nuestro alrededor necesariamente hemos tenido que recorrer de un modo un tanto precipitado pero que, en cualquier caso, no son lo más interesente de la fortaleza.


Lo que realmente merece la pena es pasear por las terrazas y galerías del castillo y sobre todo por los jardines silvestres que rodean la barbacana perimetral y que en esta época del año lucen sus mejores galas, dotando al conjunto de un colorido espectacular.

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