Leioa, 25 de enero de 2.013
Santiago Auserón formó parte durante los años ochenta, junto a su hermano Luis y Enrique Sierra, de Radio Futura, un grupo que ocupó un lugar destacado dentro de la "movida madrileña" pero al que yo nunca escuché demasiado pese a que temas como "La negra flor" o "Escuela de calor" inevitablemente formen parte de la banda sonora de mi adolescencia.
Desde 1.992, año en que se disolvió el grupo, Santiago Auserón es además Juan Perro, uno de esos artistas a los que probablemente no conociese si no fuese gracias a la influencia e insistencia de Gus.
Tras la desaparición de su grupo se lanzó en solitario al estudio de la música tradicional, fusionando los ritmos cubanos y la música negra con auténtica pasión.
Sus discos, demasaido densos, no llegan a engancharme, pero sus cancioens son verdaderas joyas y su directo una maravilla.
En 2.009 su gira "Vuelve Juan Perro" se detuvo en el teatro Casyc de Santander para repasar los temas de sus cuatro primeros disco y descubrí entonces a un gran artista empeñado en disfrutar de la música que le gusta rodeado de una gran banda en la que me llamó la atención sobremanera el guitarrista cubano Norberto Rodríguez.
"¿Reconocerá el camino, las afueras del pueblo, el paisaje del entorno? ¿Podrá fiarse de la Vía Láctea o tendrá que guiarse por las vallas publicitarias?"
...
"Había en el centro de mi ciudad natal un neón multicolor que anunciaba una marca de electrodomésticos. Se encendía y apagaba gradualmente, como un arco iris artificial. Me tenía fascinado, fue mi primera experiencia estética. Luego descubrí el fuego y observé en él otros matices. Como tampoco me he convertido en pirómano, deduzco que no tengo por qué ser fanático de los aparatos, aunque sea hijo de la era eléctrica."
Esta noche ha presentado cerca de Bilbao, en el Teatro Kultur Leioa, junto al guitarrista catalán Joan Vinyals, su último proyecto, "Casa en el aire", al que nos ha invitado a sumarnos asegurándonos que en éste no se especula tanto como con el ladrillo.
Hoy, pese a sus excesos y excentricidades, su acitutd, distendida y simpática, me ha convencido mucho más y el genio loco y un tanto soberbio que intuí en Santander ha dejado paso a un delicado artesano musical.
Sus canciones son breves reflexiones surgidas en rincones de Madrid, Nueva Orleans, Nápoles o cualquier otra parte del mundo; fugaces instantes que el captura y a los que viste de simbólicas metáforas en su taller, ése en el que pacientemente espera la llegada de las musas para poder engalanarlos con los sonidos del mundo.
Junto a su compañero ha repasado un puñado de 'canciones perrunas' que formen parte ya de su discografía aprovechando además para presentar algún tema nuevo.
Las guitarras acústicas de Santiago Auserón y Joan Vinyals han mezclado la música norteaméricana de raíz y el son cubano fusionándolos con el flamenco y la rumba catalana para regalarnos un concierto único y un instante mágico cuando el propio Santiago se ha acercado al público para cantarnos desde muy cerquita.
"No más lágrimas"
No más tragos, no más penas;
no más cantos de sirena
ni leyendas de dolor.
Ay, amor:
no más lágrimas.
Fortaleza destruida,
no más tierra prometida
ni cadenas de pasión.
Corazón,
no más lágrimas.
Nadie puede ser el dueño
de los mares del ensueño,
y la flor del pensamiento
la deshoja el viento.
Déjame con mi ceguera.
No más leños en la hoguera,
quedan brasas de rencor.
Ay amor,
no más lágrimas,
no más lágrimas,
no más lágrimas.
(Juan Perro)
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