Las Médulas, 16 de junio de 2.012
En la comarca de El Bierzo, en el extremo noroccidental de la provincia de León, se encuentran Las Médulas, un "paisaje cultural" que hace mucho tiempo que quería conocer.
Durante los dos años y medio que pasé en Valladolid no encontré el momento oportuno para hacerlo. Ahora, la presencia de Marta en León por motivos profesionales me ha brindado una nueva oportunidad de acercarme a conocer este lugar.
Me instalé en casa de mi prima y hoy el plan me lo han dado hecho.
Visita fugaz a Ponferrada: sesión de fotos frente al castillo y degustación de pulpo y mejillones en una tasca muy recomendable.
Después, ya entrada la tarde y con el estómago bien lleno, nos hemos desplazado hasta la localidad de Las Médulas.
Hemos aparcado el coche y tras un breve paseo por el parque natural hemos llegado hasta un paraje denominado La Cuevona.
Luego hemos regresado al coche para dirigirnos al mirador de Orellán desde el que hemos podido admirar la grandiosidad de este entorno paisajístico.
Las Médulas constituyen un paraje natural erigido en torno a una antigua explotación minera a cielo abierto de época romana declarado Bien de Interés Cultural en 1.996, Patrimonio de la Humanidad en 1.997 y Monumento Natural en 2.002 .
Los medios utilizados para la extracción del mineral originaron la alteración del medio natural dando como resultado un paisaje de arenas rojizas cubierto en la actualidad por una densa masa de castaños y robles que le confieren al lugar una enorme belleza.
El yacimiento fue explotado por los romanos durante unos doscientos cincuenta años, desde finales del siglo I a. C. hasta finales del siglo II, para la obtención de oro.
El método utilizado para le extracción del mineral era el Ruina Montium, y consistía en la excavación de grandes galerías que posteriormente se inundaban con el agua que mediante una compleja red de canales era almacenada en los depósitos preparados a tal efecto para que la presión ejercida por la misma produjese el derrumbe de la montaña. El escombro generado era entonces lavado y tamizado obteniendo así el ansiado metal.
Me he quedado con ganas de visitar el centro de interpretación y de buscar los canales y pasear por las galerías excavadas en la montaña saboreando la belleza del lugar.
Regresaré, pero la próxima vez espero poder descubrir todos los rincones que este paraje único esconde.
Me he quedado con ganas de mucho más.
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