Madrid, 29 de diciembre de 2.012
Micheal Jackson nació en Indiana en 1.958.
Con sólo seis años se subió a un escenario por primera vez compartiendo escenario con sus hermanos y convirtiéndose pronto en vocalista de The Jackson Five.
En 1.972, con sólo catorce años de edad, comenzó una exitosa carrera en solitario en la que acaparó números uno, premios y galardones.
Sus canciones, sus fabulosas dotes como bailarín, sus geniales coreografías y sus espectaculares vídeos musicales le convirtieron en el 'Rey del Pop' aunque su extravagante comportamiento y los capítulos más turbios de su vida privada le restasen popularidad.
En 2.009, poco antes de regresar a los escenarios después de una década alejado de ellos, falleció en extrañas circunstancias.
El artista se convirtió en mito y se sucedieron los homenajes y tributos en todas partes del mundo.
Le Cirque du Soleil se sumó a estos reconocimientos y anunció la producción de un macroespectáculo que hoy ha presentado en el Palacio de los Deportes de Madrid: "Micheal Jackson, The Inmortal World Tour".
Una majestuosa exhibición de pirotecnia y efectos visuales puestos al servicio de acróbatas, músicos y bailarines dirigida por Jamie King y Chantal Tremblay.
Cinco bailarines nos dan la bienvenida. Recorren las calles de una gran ciudad al ritmo de la música.
Un mimo ocupa el centro del escenario. Él es el encargado de abrirnos la puerta de un reino fantástico en el que descubriremos el onírico universo creado por Micheal Jackson.
Nos conduce hasta las puertas de Neverland y sobre siete pantallas móviles de diferentes tamaños se proyectan imágenes del artista.
Nos conduce hasta las puertas de Neverland y sobre siete pantallas móviles de diferentes tamaños se proyectan imágenes del artista.
Un enorme corazón rojo desciende desde el techo del Palacio de Deportes y poco a poco van apareciendo los músicos que ocupan su lugar en una plataforma elevada al fondo del escenario.
Cuento hasta veinte bailarines; ellos son los verdaderos protagonistas de la noche. Visten trajes y portan armas de fuego; al ritmo de "Smooth Criminal" nos trasladan a los bajos fondos de Chicago.
Se apagan las luces.
Varios acróbatas flotan en el aire mientras suenan las notas de "Human Nature".
Se convierten en polvo de estrellas y se funden con el espacio exterior proyectado sobre el fondo del escenario.
Es la hora de las brujas.
Micheal Jackson nos lanza una pregunta: "Is it scary?".
Desempolvamos un viejo libro y sentimos la presencia de un espectro.
Un fantasma nos espera debajo de la cama. Ahora se acerca a través de las paredes; está subiendo las escaleras. Hay un espíritu en la oscuridad, oímos latir su 'corazón'. Se esconde en todas partes.
Sobre el escenario una inquietante contorsionista se convierte en todo aquello que queramos ver aunque, en el fondo, puede que los malvados seamos nosotros.
Una densa niebla cubre el recinto.
Inquietantes lápidas pueblan el escenario y entre ellas danzan un puñado de muertos vivientes que nos recuerdan que hace treinta años "Thriller" revolucionó el mundo de la música.
Tras el descanso dos acróbatas se descuelgan del techo del Palacio de los Deportes.
Sus siluetas se proyectan y difuminan sobre el fondo del escenario danzando al ritmo de la música y ofreciéndonos una delicada y romántica coreografía: "I just can't stop loving you". ¡Maravillosa!
Un batallón de robotizados soldados conquistan el recinto marchando al ritmo de "They don't care about us" mientras sobre las pantallas se proyectan inquietantes imágenes de sufrimiento humano.
Entonces el pabellón se llena de corazones rojos.
Es el momento más emotivo de la noche.
Micheal Jackson nos recuerda "I'll be there" mientras sobre las pantallas se proyectan imágenes y mensajes suyos.
Se acerca el final.
Bailarines con brillantes ropas de fuertes colores ocupan el centro del escenario.
Bailan al ritmo de "Billy Jean" y cuando las luces se apagan son sólo sus siluetas y corbatas las que brillan.
Menos circo que baile: he has been here.
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