domingo, 14 de julio de 2013

EL CONSUELO: cuando se quiere, es amor lo que se siente

Mogro, 14 de julio de 2.013


Una carta sin remite hace saltar por los aires el castillo de naipes que Charles Balanda se había construido, resquebrajando los cimientos sobre los que había proyectado su futuro y destapando la caja de Pandora en la que había escondido su pasado.

Tres palabras: "Anouk ha muerto"; cinco sílabas que se incrustan en su corazón obligándole a reconocer que se siente triste y sólo, perdido en el laberinto de reuniones, aeropuertos, mascarillas y perfumes en el que un día buscó refugio.

Viaja al campo para encontrarse; desempolva su brillante armadura e irrumpe en el desvencijado reino de Kate para dejar que ella le rescate.
Se enamoró de ella nada más verla pero necesitó escuchar su historia y más de doscientas páginas para confesarlo. A mí me bastaron un par de líneas y, desde entonces, duermo pensando en ella: en su cuerpo un poco, pero sobre todo en ella y en la forma que adoptaría si se deslizase sobre mí.
Kate es la suma de una llama, tres mil metros cuadrados de techumbres, un río, cinco hijos, diez gatos, seis perros, tres caballos, un burro, varias gallinas, unos cuantos patos, una cabra, bandadas de golondrinas, un montón de cicatrices, un anillo con una gran piedra engastada, un cementerio de bolsillo, cuatro hornos, una sierra mecánica, una trituradora, una cuadra del siglo XVIII, dos idiomas, centenares de rosas y unas vistas maravillosas, y me encantaría ir al cielo con ella...

"El consuelo" es la tercera novela de la francesa Anna Gavalda.
Publicada en 2.008, se trata de una exquisita novela contemporánea, irónica, introspectiva y reparadora que exige al lector un constructivo esfuerzo de concentración para no perderse en su estilo narrativo y en la maraña de puntos suspensivos planteada por la autora y poder sumergirse en la nube de pensamientos de sus personajes, antes de invitarle a reflexionar, a reconciliarse con el ser humano, a volver la vista atrás caminando siempre hacia delante y a creer firmemente en las segundas oportunidades.

Llego a la última página del libro: ¿estoy enamorado o qué?
Lo cierro con una sonrisa en los labios y planifico una pronta visita a alguna librería con encanto. Bucearé entre sus estanterías, rescataré alguna joya de Gavalda y la envolveré para Paloma: se lo debo por saber recomendarme "El consuelo".
Me encantó. ¡Gracias! 

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