domingo, 8 de septiembre de 2013

CABO DE AJO - 'LA OJERADA': una mirada al infinito

Ajo, 5 de septiembre de 2.013


El Cabo de Ajo, en el municipio de Bareyo, constituye el extremo más septentrional de la costa cántabra y se encuentra presidido por un sencillo faro de poco más de diez metros de altura pintado de blanco e inaugurado en 1.930 cuyo haz de luz alcanza durante la noche los diecisiete kilómetros de distancia.


Sus acantilados se extienden de oeste a este desde la playa de Cuberris (Ajo) hasta el estuario de la ría de Ajo -o de Castellanos-, en la desembocadura del río Campiazo, junto a la playa de La Arena (Isla).




Un muro de piedra impide el acceso al recinto del faro pero, si volvemos sobre nuestros pasos, entre las casas que se asoman a la vertiente occidental de nuestra costa encontramos un camino y desde allí, saltando algunas vallas, podemos bordear la costa dejándonos cautivar por el susurro de un mar que día a día sigue desgarrando la roca.



El extremo oriental de estos acantilados esconde un tesoro sorprendente: 'La Ojerada'.
El tiempo y la mar han horadado la roca cincelando dos oquedades que podrían llegar a confundirse con unos anteojos a través de los cuales contemplar el majestuoso Mar Cantábrico dejando que nuestra mirada se pierda en el infinito... 



Hoy el mar estaba en calma pero dicen que durante los temporales, cuando se enfada, brama con fuerza dejando que entre las grietas de la roca se escape toda su furia en forma de impresionantes columnas de agua salada escupidas con rabia a las que llaman 'bufones'.
Volveré y lo sentiré...

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