martes, 25 de marzo de 2014

JUEGO DE TRONOS (XVI): en el mundo real a la gente le arrebatan cosas importantes

Mogro, 30 de junio de 2.013

Robb necesitaba negociar con Renly Baratheón: juntos podrían haber derrotado a los Lannister. Por eso envió a su madre a parlamentar con él, como mensajera suya mientras él se enfrentaba a Tywin Lannister.


Ella y Brienne de Tarth (Gwendoline Christie), una mujer grande y fuerte que se ganó un puesto en la Guardia Real de Renly y prometió consagrar su vida a la suya para mantenerle a salvo de todo mal, eran las únicas personas que estaban con él cuando fue asesinado. Ambas sabían que serían acusadas del crimen y por eso huyeron mientras los vasallos del joven venado le juraban lealtad a Stannis Baratheon.
Brienne escoltó a Catelyn en su viaje de regreso junto a su hijo Robb y prometió servirla y dar la vida por ella si hiciese falta con la única condición de que, llegado el momento, no le impidiese matar a Stannis, a quien responsabilizó de la muerte de su señor.



En el campamento de los Stark, Jaime Lannister intenta escapar matando al hijo de lord Richard Karstak, abanderado de Robb. Es capturado y será condenado a muerte pero Catelyn no puede permitir que sea ejecutado: si lo es sus hijas morirán.


Sabe que los vasallos de Robb no esperarán a que éste dicte sentencia y que el 'Matarreyes' morirá, por eso abre el candado que sujeta las cadenas que le mantienen cautivo y le pide a Brienne que le escolte hasta Desembarco del Rey.
Robb se siente traicionado por su propia madre: envía a sus jinetes más veloces tras ellos pero es demasiado tarde...

Brienne pretende entregar a Jaime a los Lannister y recuperar a las hijas de Catelyn. Es un viaje largo y entre ambos se establece una curiosa relación basada en los silencios de ella y el sarcasmo de él.


Un hombre inocente con el que se cruzan reconoce al 'Matarreyes' y les entrega a los hombres de lord Bolton, vasallo de los Stark. La vida de Jaime vale dinero; la de ella no vale nada. Sus captores se burlan de él y no dudan en cortarle la mano de la espada para bajarle los humos; a ella la hubiesen matado si él no lo hubiese impedido. 


Mutilado, él pretende dejarse morir pero Brienne sabe lo que hizo por ella y no permitirá que un pequeño infortunio le derrote: ahora puede hacerse una idea de lo que es el mundo real, en el que arrebatan a la gente cosas importantes mientras él se queja, llora y se rinde.

Sus captores los llevan ante lord Bolton, cuyo deber es enviarle de vuelta con Robb Stark, pero, en compensación por el error cometido por sus soldados, le permitirá continuar su viaje hacia Desembarco del Rey si jura decirle a su padre que él no tuvo nada que ver con su mutilación.
Brienne no le acompañará. A ella se le acusa de complicidad y traición: será el entretenimiento de los hombres una noche y después morirá. Jaime no lo permitirá: ella viajará con él...

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