Mogro, 30 de junio de 2.013
Samwell Tarly (John Bradley) es un cobarde pero no es un estúpido; no sabe luchar, no ve bien y le dan miedo las alturas: ¿qué hace en el Muro entonces? Cuando alcanzó el decimosexto día de su nombre su padre le obligó a renunciar a su herencia, viajar al norte y vestir el negro.
Marchó al otro lado del muro junto al comandante Mormont y al llegar al campamento de Craster sus ojos se posaron en una de sus hijas. No debería de haberse acercado a ella pero lo hizo: estaba embarazada y ambos sabían que si el bebé que llevaba en su interior era un niño su padre se desharía de él nada más nacer entregándosele a los Caminantes Blancos. Él prometió ayudarla...
El comandante Mormont apostó muy fuerte viajando al norte: continuó su camino y ahora doscientos hermanos han muerto a manos de un puñado de cadáveres de ojos azules. Han de volver al muro y advertirles a todos de que los Caminantes Blancos han regresado o antes de que termine el invierno todos aquellos a los que han conocido morirán.
En su viaje de vuelta de nuevo se detienen en la guarida de Craster. El salvaje les da cobijo pero les obliga a pasar hambre. Los hombres de negro se rebelan y se organiza una revuelta en la que tanto Craster como el comandante mueren.
Mientras, Sam cumple su promesa y huye hacia el sur con la joven Elí (Hannah Murray) y el pequeño que acaba de nacer. Los Caminantes Blancos les persiguen. Van tras el niño pero Sam encontró algo en el Puño de los Primeros Hombres: un puñado de puntas de lanza de vidragón escondida por la Guardia de la Noche hace muchos años capaces de destruirles.
Diecinueve castillos guardan el muro pero sólo tres permanecen ocupados. El Fuerte de la Noche lleva mucho tiempo desocupado pero esconde la Puerta Negra, el único túnel que permite atravesar el muro sin necesidad de escalarlo. Lo cruzan y llegan al Castillo Negro para advertir a sus hermanos del peligro que les acecha: los Caminantes Blancos y su ejército de muertos se acerca y nadie puede detenerlos.
El comandante Mormont apostó muy fuerte viajando al norte: continuó su camino y ahora doscientos hermanos han muerto a manos de un puñado de cadáveres de ojos azules. Han de volver al muro y advertirles a todos de que los Caminantes Blancos han regresado o antes de que termine el invierno todos aquellos a los que han conocido morirán.
Mientras, Sam cumple su promesa y huye hacia el sur con la joven Elí (Hannah Murray) y el pequeño que acaba de nacer. Los Caminantes Blancos les persiguen. Van tras el niño pero Sam encontró algo en el Puño de los Primeros Hombres: un puñado de puntas de lanza de vidragón escondida por la Guardia de la Noche hace muchos años capaces de destruirles.
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